Masquerade (2021)

“Masquerade” es, en esencia, una película de suspense claustrofóbico con una atmósfera palpable que se anida bajo la superficie de una intriga familiar retorcida. Dirigida por Ben Miller, la película se sumerge rápidamente en una sensación de incomodidad, construyendo su tensión a través de la iluminación sombría, los planos cerrados y el ritmo pausado, elementos que, si bien son efectivos, a veces se sienten un poco excesivamente lentos. Miller demuestra una habilidad considerable para crear una sensación de peligro inminente, aunque le falta quizá un pulso más ágil para mantener al espectador completamente enganchado desde el inicio.

La película se centra en Casey (Eva Green, en una de sus mejores actuaciones recientes), una joven que, tras la invasión de su hogar por parte de una banda de ladrones liderada por la implacable Rose (Rebecca Ferguson), se ve forzada a enfrentarse a una noche de terror y supervivencia. La tensión se incrementa a medida que se desvela una red de secretos familiares y motivaciones ocultas. Green, en particular, ofrece una interpretación magistral. Su representación de Casey es cautivadora: una mezcla de vulnerabilidad, determinación y un toque de locura que se intensifica a medida que la situación se vuelve más extrema. Ferguson, como Rose, aporta una presencia intimidante y un aire de misterio que la convierten en la antagonista más interesante del filme. La química entre ambas actrices es crucial para el éxito de la película, y es gratificante ver cómo se construye una dinámica de poder y amenaza palpable a lo largo de la noche.

El guion, a pesar de su premisa intrigante, no siempre alcanza el máximo de su potencial. Se basa en tropizones de cliché del género de thriller, recurriendo a algunas revelaciones que, aunque bien ejecutadas, no sorprenden ni innovan. Sin embargo, el guion logra explorar temas como la fragilidad de la familia, la corrupción y el precio de la ambición. El ritmo irregular, como ya se ha mencionado, puede ser frustrante para algunos espectadores, pero también permite un desarrollo más profundo de los personajes y sus motivaciones. Las escenas de acción, aunque limitadas, se filman con precisión y violencia contenida, contribuyendo al tono general de la película. La película también aprovecha el concepto de "mascarada" como metáfora, jugando con la identidad y la verdad, elementos que añaden una capa de complejidad a la historia.

En definitiva, “Masquerade” es una película que, aunque no revolucionaria, ofrece una experiencia de suspense sólida y entretenida. La atmósfera opresiva, las actuaciones convincentes de Green y Ferguson, y el misterio central bien planteado la convierten en una opción interesante para los aficionados al thriller psicológico. La dirección de Miller, aunque con sus momentos de lentitud, demuestra su capacidad para construir una atmósfera de tensión y suspense. Es una película que se disfruta más por su atmósfera y sus personajes que por sus giros argumentales, ofreciendo una reflexión sobre la naturaleza humana y la oscuridad que puede albergar incluso las familias más aparentemente normales.

Nota: 6.5/10