Master Z: El Legado de Ip Man (2018)

“Master Z: El Legado de Ip Man” es una película que, a pesar de sus pretensiones de ampliar el universo de la leyenda Ip Man, termina siendo una experiencia decepcionante y un poco confusa. La historia, centrada en el hijo del legendario maestro, Cheung Tin Chi, intentando reconstruir su vida después de su humillante derrota, carece de la profundidad y el peso emocional que caracterizaron las entregas anteriores de la saga. El desarrollo del personaje de Cheung Tin Chi, interpretado por el siempre convincente Wu Jing, es notablemente lento y poco inspirado; se le ve a menudo como una sombra de la figura icónica que conocemos, lo que disminuye el impacto dramático de sus conflictos internos.

La trama, intrincada desde el principio, introduce elementos de lucha callejera, tramas de poder de las tríadas y un oscuro culto secreto, creando una atmósfera de tensión que, en principio, prometía ser atractiva. Sin embargo, el guion se complica innecesariamente, con subtramas que no se desarrollan adecuadamente y diálogos que a veces suenan forzados y poco realistas. La película se pierde en demasiados detalles y, como resultado, la acción, aunque visualmente decente, pierde impacto y se diluye en una maraña de situaciones. La dirección de Paul cinematografía está bien ejecutada, con secuencias de combate con coreografías complejas y una puesta en escena que aprovecha los escenarios de Hong Kong, pero no compensa la debilidad narrativa.

Wu Jing, como siempre, ofrece una actuación sólida y con presencia, demostrando su habilidad en el arte marcial. El resto del elenco, por otro lado, resulta menos memorable. Algunas actuaciones son planas y carentes de matices, mientras que otras son simplemente insuficientes. El personaje de Master Z, interpretado por Andy Ngo, se siente como un cliché del héroe atormentado y con un pasado oscuro, un arquetipo que ya ha sido explorado múltiples veces en el género. Su motivación y su conexión con la trama no son del todo convincentes, lo que debilita la parte central del conflicto.

En definitiva, “Master Z: El Legado de Ip Man” es una película que se encuentra entre la mediocidad y el entretenimiento superficial. Aunque el valor de la saga Ip Man radica en su retrato del respeto y la disciplina, esta entrega se pierde en un exceso de complicaciones y carece de la esencia que la hizo tan popular. La promesa de explorar el legado del maestro se ve frustrada por una historia poco inspirada y un desarrollo de personajes insatisfactorio. En lugar de profundizar en la leyenda, la película se limita a regurgitar elementos ya vistos, sin aportar nada nuevo o significativo al universo de Ip Man.

Nota: 5/10