“McFarland, USA” es una película que, a primera vista, podría parecer una fábula deportiva convencional. Sin embargo, tras un primer impacto ligero, se revela como un relato conmovedor y, sorprendentemente, inspirador sobre la determinación, la comunidad y el poder transformador de la educación. La película, dirigida por Christian Paterson, no busca reinventar la rueda del cine deportivo, sino que, con una sensibilidad genuina, construye una narrativa accesible y profundamente humana.
Kevin Costner, como el entrenador Jim McKay, aporta una presencia imponente y una autenticidad que le permiten conectar con el espectador. Costner no interpreta a un entrenador autoritario, sino a un hombre trabajador, un educador comprometido que ve en esos jóvenes corredores un potencial que ellos mismos no ven. Su actuación está lejos de ser grandilocuencia; es una mezcla de firmeza, paciencia y un cariño genuino, lo que le confiere una gran credibilidad a su personaje. El resto del elenco juvenil también está particularmente bien castigado. La química entre los muchachos, interpretados con naturalidad por la mayoría de ellos, es palpable y añade una capa de realismo a la historia. La representación de los jóvenes, con sus sueños, frustraciones y aspiraciones, es particularmente acertada y evoca la experiencia de la adolescencia con mucha honestidad.
El guion, aunque no desborda originalidad, se beneficia de una trama sencilla y efectiva. La historia se centra en el tema de la inclusión y la oportunidad, mostrando cómo la pasión por el deporte puede ser una herramienta poderosa para superar barreras sociales y económicas. Las secuencias de entrenamiento son dinámicas y visualmente atractivas, transmitiendo la intensidad y el esfuerzo de los jóvenes. La película no se queda en la mera descripción del entrenamiento; explora las dificultades que enfrentan estos alumnos –la falta de recursos, el prejuicio racial, la desconfianza en sí mismos– y la forma en que, bajo la guía de McKay, comienzan a superar estos obstáculos. La película, de forma inteligente, subraya la importancia de las pequeñas victorias y el crecimiento personal que conlleva la práctica deportiva. La ambientación, fiel a la realidad, añade otra capa de riqueza a la narrativa, mostrando la vida cotidiana de una pequeña comunidad rural en California.
A pesar de su sencillez, "McFarland, USA" no es una película superficial. La dirección de Paterson logra mantener un ritmo constante y evocar una sensación de optimismo. Se evitan los clichés del género y se centra en la relación entre el entrenador y sus alumnos, mostrando el impacto que pueden tener la dedicación y el apoyo en la vida de un joven. No es una epopeya, pero sí un relato inspirador sobre la búsqueda de sueños y la superación personal. Es un recordatorio de que, a veces, las cosas más grandes se logran con pequeños pasos y mucho trabajo en equipo.
Nota: 7.5/10