Me casé con un ángel (1942)

“Me casé con un ángel” (Meet the Parents) es una comedia que, a pesar de su aparente sencillez, logra convertirse en un ejercicio de ingenio y observación social bastante perspicaz. La película, dirigida con una habilidad notable por Garry Marshall, no busca ser un espectáculo de efectos especiales ni un drama trascendental. En cambio, se centra en la creación de personajes realistas, con defectos y aspiraciones, que interactúan y se enfrentan en situaciones cómicas pero, a la vez, sorprendentemente humanas.

La historia, centrada en el incómodo encuentro entre Benjamin Hart (Tom Cruise), un vendedor de muebles con una vida social desordenada, y la familia de su novia, especialmente el exigente y celoso Greg Hunt (Eddie Murphy), funciona sobre la base de un conflicto fundamental: la incomodidad. Marshall no se dedica a exagerar el ridículo de los personajes, sino que expone la fragilidad de las convenciones sociales y las expectativas que nos impone el entorno familiar. La tensión entre los dos protagonistas se construye con maestría, a través de diálogos agudos, situaciones embarazosas y miradas incómodas. El guion, coescrito por Terry Hughes y Hoffman Belick, demuestra un buen control del ritmo y la capacidad de encontrar humor en los detalles más cotidianos.

Las actuaciones son, en general, sobresalientes. Tom Cruise, como siempre, ofrece una interpretación sólida y natural, dotando a Benjamin de una vulnerabilidad que lo hace identificable al público. Eddie Murphy, por su parte, ofrece una de sus mejores interpretaciones. El personaje de Greg es un caricature de la autoridad paterna, pero Murphy le aporta una profundidad emocional que lo hace más que un simple villano cómico. La química entre Cruise y Murphy es palpable y contribuye significativamente al éxito de la película. Nancy Travis, como la esposa de Greg, aporta un toque de humanidad al personaje, mientras que Vincent D'Onofrio brilla como el hermano mayor, mostrando un matiz de exasperación que equilibra la comedia.

Más allá del humor, “Me casé con un ángel” toca temas como la presión familiar, la imagen pública y la dificultad para mantener las apariencias. La película critica sutilmente la obsesión por el estatus social y la importancia que a veces le damos a las opiniones de los demás. La dirección de Marshall no se limita a la comedia; se preocupa por capturar las emociones de los personajes y ofrecer una visión realista de las relaciones familiares. La banda sonora, con canciones como "Mrs. Robinson" de Simon & Garfunkel, funciona como un eficaz catalizador emocional y refuerza la atmósfera de la película. En definitiva, “Me casé con un ángel” es una comedia inteligente y divertida que, con el paso del tiempo, continúa siendo relevante y entretenida.

Nota: 8/10