Me siento rejuvenecer (1952)

“Me siento rejuvenecer” (Feels Good Man) es una película que, en lugar de ofrecer una reflexión profunda sobre la búsqueda de la juventud o la obsesión por el tiempo, se instala como una suerte de comedia absurda con toques de crítica social. La dirección de David Oyelowo, quien también interpreta a Barnaby Fulton, logra mantener un tono ligero y paranoico que, aunque a veces se siente forzado, funciona bastante bien. Oyelowo domina el personaje, transmitiendo con autenticidad la creciente paranoia y la desmesura de sus acciones a medida que la “píldora rejuvenecedora” empieza a tener efectos incontrolados. Es un actor que entiende la comedia de situación, pero también la capacidad de mostrar vulnerabilidad y desesperación cuando la situación se sale de control.

La película, sin embargo, está lejos de ser un mero ejercicio de comedia física. Lo que realmente la eleva es su sutil pero persistente crítica a la cultura de la juventud, la obsesión por la imagen, y la presión social para permanecer joven y atractivo. La película no es abiertamente moralizante, sino que presenta la situación de Barnaby como una consecuencia lógica de una sociedad que valora la apariencia por encima de todo. El personaje de Barnaby, en su desesperación por evitar el envejecimiento, se convierte en un espejo distorsionado que refleja la vanidad y la superficialidad de un mundo que prefiere la juventud artificial a la madurez. Es una visión incómoda, pero realista, de cómo la búsqueda de la eterna juventud puede llevar a comportamientos erráticos y desmedidos.

El guion, escrito por Oyelowo y Daniel Sackler, es donde la película a veces resiente. A pesar de los momentos más ingeniosos, el ritmo se vuelve un poco irregular en el segundo acto. Algunas escenas, aunque cómicas, parecen improvisadas y carecen de la pulida escritura que se esperaría. No obstante, la película logra mantener el interés gracias a la química entre los actores, especialmente entre Oyelovalo y, Sarah Paulson, quien interpreta a la esposa de Barnaby, y aunque su papel es relativamente limitado, aporta una elegancia y un humor sutiles que complementan a la perfección la actuación de su marido. Paulson es una actriz consumada y se ve frustrada por el contenido limitado de su personaje.

Visualmente, la película es bastante discreta, lo que no le resta mérito. La estética se centra en la normalidad del laboratorio, creando una atmósfera de trabajo monótono que contrasta fuertemente con la locura que comienza a desarrollarse. Este contraste es fundamental para la construcción del humor y para la gradual revelación de la locura de Barnaby. En definitiva, "Me siento rejuvenecer" es una comedia peculiar que, aunque no alcanza la excelencia narrativa, ofrece una perspectiva provocadora sobre la obsesión por la juventud y un entretenimiento distendido. Es una película que invita a la reflexión, incluso si la reflexión se produce más por la sorpresa que por la profundidad.

Nota: 6/10