Medidas desesperadas (1998)

“Medidas Desesperadas” (Desperate Measures), dirigida por Rob Lieber, no es una película que redefine el género de thriller médico, pero sí que consigue crear una atmósfera tensa y, en ocasiones, inquietante gracias a su enfoque particular. La trama, centrada en la desesperación de un padre por salvar la vida de su hijo, es un punto de partida sólido, aunque la ejecución carece de la brillantez que se podría haber esperado considerando la premisa. La película se apoya en una premisa bastante arquetípica: un padre dispuesto a todo, incluso a involucrar a un criminal peligroso, para obtener un trasplante de órganos para su hijo. No obstante, la película logra generar un interés constante, no por la originalidad de la historia, sino por el giro en la dirección que toman las cosas.

Andy Garcia ofrece una actuación convincente como Frank Connor, un hombre que oscila entre la desesperación y la furia. Su interpretación es sutil, transmitiendo el peso del dolor y la culpa con una dignidad que contrasta fuertemente con las acciones que está dispuesto a tomar. Michael Keaton, por su parte, brilla como Pete McCabe, un criminal carismático y profundamente perturbador. Keaton logra equilibrar la amenaza física de McCabe con una vulnerabilidad subyacente que complica la relación entre el personaje y el espectador. No es un villano caricaturesco; su motivación, aunque retorcida, se entiende, y la interpretación de Keaton le otorga un peso emocional palpable. La química entre Garcia y Keaton es fundamental para el éxito de la película, y ambos actores la aprovechan al máximo.

El guion, aunque competente, podría haber sido más audaz. La estructura narrativa se mantiene bastante convencional, con un ritmo pausado que, si bien contribuye a la creación del suspense, también puede resultar un poco lento. Algunos diálogos, en particular los iniciales, carecen de la fuerza que se podría haber deseado para establecer completamente la dinámica entre los personajes. Sin embargo, el guion se beneficia de un desarrollo gradual de la tensión, utilizando flashbacks y revelaciones inesperadas para mantener al espectador enganchado. La película explora temas complejos como la ética médica, la responsabilidad parental y la naturaleza de la redención, aunque no profundiza en ellos lo suficiente como para generar un debate significativo. El uso de la música, discreta pero efectiva, es otro punto fuerte, logrando intensificar las escenas clave y generar una sensación de incomodidad constante.

En definitiva, “Medidas Desesperadas” es una película que, si bien no se destaca por su originalidad, sí que logra generar un thriller médico tenso y con actuaciones sólidas. Es una película que se disfruta con cierta paciencia y que, al final, ofrece una reflexión sobre los límites de la desesperación y la complejidad moral que enfrenta un padre que pone en riesgo su alma para salvar a su hijo. No es una obra maestra, pero es un entretenimiento válido, especialmente para aquellos que aprecien el género y la tensión psicológica.

Nota: 7/10