“Men in Black: International” es, en esencia, un reinicio con la convicción de que la nostalgia puede ser un combustible potente para el entretenimiento. Y, en ese sentido, la película cumple, aunque con algunas fricciones. La historia, centrada en el reclutamiento de Jamie Foxx como O’Brian, un veterano del MiB con un pasado turbulento, y Hayley Atwell como Agent 11, una joven agente novata, es un estándar para la franquicia: aliens disimulados como humanos amenazan la seguridad global, y un equipo de operativos encubiertos debe resolver la situación. Pero en lugar de caer en la repetición de los tropos habituales, la película opta por una ambientación europea, particularmente en Londres y Módena, Italia, que aporta un fresco cambio de escenario y una estética visualmente atractiva, aunque a veces un tanto artificiosa.
La dirección de Chris Morgan es competente, manteniendo un ritmo ágil y una energía constante. Hay un despliegue de acción considerable, con secuencias coreografiadas y efectos especiales que, aunque no revolucionarios, son satisfactorios para el espectador medio. Sin embargo, a veces la acción se siente un poco desvinculada de la narrativa, como si el objetivo principal fuera el espectáculo visual más que la construcción de una historia cohesiva. La coreografía de las batallas, particularmente, es exuberante, pero a veces carente de tensión real. El humor, que es un elemento clave de la franquicia, está presente, aunque a veces se siente forzado y no siempre encaja con el tono general de la película.
Las actuaciones son un punto fuerte. Jamie Foxx ofrece una interpretación sólida y divertida como O’Brian, aportando un toque de madurez y sarcasmo al personaje. La química entre Foxx y Atwell es palpable, y Atwell se destaca con su energía y carisma. La interpretación de Chris Hemsworth, aunque limitada, como un agente británico del MI6 que se convierte en un aliado improbable, es memorable y aporta un contraste interesante al equipo. Sin embargo, el guion, escrito por Robert Siegel, Edlund y Matt Miller, es donde la película sufre más. Si bien la premisa es interesante, el desarrollo de la trama es demasiado rápido y a menudo depende de giros argumentales predecibles. Las subtramas, como la del pasado de O'Brian, se presentan de manera apresurada y no se exploran con la profundidad que merecen. El humor, en ocasiones, se siente un poco caricaturesco y descarado, llegando a veces a sentirse fuera de lugar.
A pesar de sus deficiencias, “Men in Black: International” logra entretener y ofrece un espectáculo visualmente agradable. Es una película que busca atraer a un público amplio, y en ese sentido, cumple su cometido. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento decente para una noche de cine, especialmente para los fanáticos de la franquicia que buscan una dosis de acción alienígena con un toque europeo. La película no intenta subvertir las expectativas de la franquicia, sino que se contenta en reforzar su fórmula, ofreciendo una nueva aventura en un entorno diferente. Es una secuela que, aunque imperfecta, se beneficia de la nostalgia y de la presencia de actores carismáticos.
Nota: 6.5/10