“Mentiras arriesgadas” es una película que, sorprendentemente, logra equilibrar la tensión de un thriller de espías con la delicadeza de un drama marital. La trama, inicialmente simple – un hombre que vive una doble vida y su esposa que descubre la verdad – se complica de inmediato, convirtiéndose en un análisis sobre la confianza, la identidad y el precio de las decisiones que tomamos. La película no se enfoca en explosiones grandilocuentes o persecuciones trepidantes; en cambio, construye una atmósfera de suspenso constante a través de la observación y la incomunicación.
La dirección de Michael Brandt y Stephen Cornwell, conocidos por su trabajo en "Rebelde sin causa", demuestra un control notable de la narrativa, centrando la atención en la incomodidad emocional de los personajes. La película, aunque no es particularmente original en cuanto a la premisa, explora las consecuencias psicológicas de la ocultación, mostrando el impacto que la mentira puede tener no solo en la relación entre Harry y Helen, sino también en la percepción de ambos sobre la realidad. El uso de planos cerrados en las escenas íntimas entre ellos, junto con la música tensa, contribuye a la sensación de claustrofobia y a la dificultad para establecer una conexión genuina. Se echa de menos una exploración más profunda de las motivaciones de Harry, aunque, en el contexto general de la historia, la prioridad es el impacto de sus acciones en su vida personal.
Las actuaciones son sólidas. Bryan Cranston, en su papel de Harry Tasker, ofrece una interpretación matizada y convincente, logrando transmitir tanto la sofisticación de un agente internacional como la vulnerabilidad de un hombre que lucha por mantener una doble vida. Sarah Wright como Helen es igualmente excelente, logrando dar a su personaje una mezcla de curiosidad, sorpresa y, finalmente, complicación. La química entre los dos actores es fundamental para el éxito de la película. Se nota que la relación entre los personajes está bien construida, con momentos de tensión, humor y, en ocasiones, conmovimiento.
El guion, aunque no alcanza la brillantez de algunas obras del género, está bien estructurado y mantiene al espectador enganchado. La trama secundaria relacionada con el comando integrista aporta un elemento de urgencia y peligro, pero nunca domina la historia principal. La película se beneficia de una prosa directa y sin adornos, que refleja la naturaleza pragmática de los personajes y de su profesión. Sin embargo, el ritmo podría haber sido mejor, ya que algunas escenas se prolongan innecesariamente, mientras que otras se podrían haber condensado para aumentar la tensión. Un mayor enfoque en el desarrollo de los personajes secundarios podría haber enriquecido la experiencia visual y emocional.
En definitiva, “Mentiras arriesgadas” es un thriller de espías inteligente y bien ejecutado que ofrece una visión interesante de la vida de un agente secreto y de las consecuencias de las mentiras. No es una película que redefine el género, pero sí que cumple con las expectativas del espectador, entregando una experiencia entretenida y reflexiva.
Nota: 7/10