¡Menudo yerno! (1993)

“¡Menudo yerno!” (Meet the Parents) es, en esencia, una comedia familiar que se mantiene sorprendentemente fresca y entretenida incluso después de varias retransmisiones. La película, dirigida por Hoffman y Lowell Shank, no se preocupa por revolucionar el género ni por ser particularmente innovadora, pero lo que logra es construir un sólido esqueleto de humor basado en el choque cultural y las expectativas familiares, elementos que resuenan profundamente en el espectador.

La clave del éxito reside en la dinámica entre Jack Burner (Robert De Niro) y Greg Focker (Ben Stiller). De Niro, en su mejor momento, ofrece una interpretación magistral de un padre controlador, neurótico y absolutamente obsesionado con la idea de encontrar un “yerno” decente. Su personaje es un verdadero caricatura de la figura paterna tradicional, con un exceso de protección, un escepticismo absoluto y una capacidad asombrosa para convertir cualquier situación en una oportunidad para juzgar. La química entre De Niro y Stiller es, sin duda, el corazón de la película. Stiller, a pesar de tener un papel inicial más cómico y, a veces, caricaturesco, evoluciona a lo largo de la trama, logrando que el espectador empatice con su personaje y comprenda sus motivaciones. La frustración de Greg ante el juicio implacable de Jack es palpable y, en última instancia, la película nos hace reflexionar sobre las complejidades de las relaciones familiares.

El guion, coescrito por Hoffman, Lowell Shank y Christopher Silber, es inteligente y se basa en situaciones cotidianas llevadas al extremo. Los diálogos son rápidos, ingeniosos y llenos de matices. La película evita los clichés más obvios y se centra en la tensión gradual, construyendo el humor a partir de la incomodidad y la creciente desesperación de Greg. Sin embargo, debo señalar que algunos gags podrían resultar un poco repetitivos y que la trama, en su núcleo, es bastante predecible. No obstante, la película recompensa al espectador con momentos genuinamente divertidos y reíste por momentos hasta que me dolieron las mejillas.

La dirección de Hoffman y Shank es sólida y efectiva. Se centran en capturar el ambiente familiar estadounidense, con escenas de gran autenticidad que nos transportan al hogar de Jack. La fotografía es agradable y natural, y la banda sonora contribuye a crear una atmósfera festiva y, a la vez, ligeramente tensa. El ritmo de la película es bien trabajado, manteniendo al espectador enganchado hasta el final. El uso del montaje, especialmente en las escenas de “interrogatorios” a Greg, es particularmente creativo y contribuye a crear momentos cómicos memorables.

En definitiva, “¡Menudo yerno!” es una comedia familiar bien hecha, con actuaciones excepcionales de Robert De Niro y Ben Stiller. Aunque no es una obra maestra del cine, es un entretenimiento ligero y divertido que ofrece una buena dosis de risas y que merece la pena ver en una noche de cine.

Nota: 7.8/10