Merveilleuse Angélique (1965)

“Merveilleuse Angélique” no es simplemente una secuela; es una expansión controlada y deliberada del universo creado por Goscinny y Frank. A diferencia de algunas adaptaciones cinematográficas que se limitan a re-contar la historia original, esta película se adentra en las ramificaciones de la vida de Angélique, explorando la profundidad de su personalidad y la complejidad de sus relaciones. La película abraza la naturaleza irónica y a veces absurda de la serie original, manteniendo el tono particular que la hizo tan querida por sus lectores. No pretende ser un drama épico o una historia de amor convencional, sino una meditación sobre la independencia, la resiliencia y la búsqueda de un propósito en un mundo en constante cambio.

La dirección de Jean-Jacques Rousseau es elegante y precisa. Evita caer en clichés visuales y se enfoca en transmitir las emociones de los personajes a través de la composición y el ritmo. Las escenas de acción, aunque escasas, están bien coreografiadas y sirven para resaltar la agilidad y determinación de Angélique. Se notan inversiones en la fotografía, especialmente en las escenas que representan la expansión del restaurante, donde se intenta capturar la atmósfera vibrante y acogedora de un negocio en auge, un contraste con la solitaria aventura inicial. Sin embargo, la película a veces prefiere la sutileza a la grandilocuencia, lo que podría decepcionar a aquellos que esperan escenas de batalla más espectaculares.

La actuación de Isabelle Adjani como Angélique sigue siendo, sin duda, el punto central de la película. Adjani encarna a la perfección la mezcla de astucia, vulnerabilidad y audacia que define a su personaje. Su mirada transmite una intensidad que cautiva, y su interpretación es capaz de comunicar una plétora de emociones con solo una sonrisa o un gesto. Las interpretaciones de los secundarios, especialmente Jacques Perrin como Nicolas y Vincent Perez como Sacha, son sólidas y contribuyen significativamente a la credibilidad del mundo de la película. Perez, en particular, aporta una elegancia natural a su papel, lo que evita que Sacha se convierta en un simple interés romántico.

El guion, adaptado por el propio Rousseau, es donde la película realmente brilla. Se aleja considerablemente del material original, enfocándose en las consecuencias de las acciones de Angélique y en su impacto en el mundo que la rodea. La introducción en la política, aunque sorprendente, permite explorar nuevas facetas de su personaje y añade una capa de complejidad a su moralidad. La película no ofrece respuestas fáciles, y presenta dilemas éticos que obligan al espectador a cuestionar las motivaciones de Angélique. Si bien algunas decisiones argumentales podrían considerarse poco convencionales, en general, el guion logra mantener el interés del espectador y ofrece una experiencia cinematográfica rica y gratificante.

En definitiva, "Merveilleuse Angélique" es una secuela inteligente y respetuosa que honra el legado de la novela. No es una película perfecta, pero sí una adaptación audaz y convincente que demuestra el potencial de la historia de Angélique para seguir cautivando a una nueva generación de espectadores. Nota: 8/10