Mi amigo Mac (1988)

“Mi amigo Mac” (My Friend Mac) es una película que, a primera vista, podría caer en la trampa de la sentimentalidad excesiva y la mera apuesta por la conexión humana. Sin embargo, más allá de la premisa de un alienígena que se hace amigo de un niño con parálisis, se revela como una pequeña joya que, gracias a una dirección sólida y actuaciones convincentes, logra transmitir un mensaje universal sobre la amistad, la aceptación y la importancia de ver más allá de las apariencias. La película, dirigida por Will Sharpe, demuestra una notable delicadeza al abordar un tema potencialmente cargado, evitando caer en melodramatismos fáciles y optando por una exploración sutil de las emociones de sus personajes.

La película se centra en Sam (Charlie Gillespie), un joven de 12 años que lucha contra la paraparesia, y Mac (Rodney Lee), un extraterrestre recién escapado de un laboratorio de la NASA. La química entre Gillespie y Lee es la piedra angular del éxito de la película. Gillespie ofrece una interpretación llena de matices, capturando la vulnerabilidad y la determinación de Sam con una honestidad conmovedora. Lee, por su parte, aporta una autenticidad increíble a Mac. Su alienígena no es un ser monótono o futurista, sino un niño perdido en un mundo desconocido, que aprende a comunicarse y a relacionarse con los demás, forjando un vínculo profundo con Sam. La película se beneficia enormemente de su interpretación, dotando al extraterrestre de una humanidad palpable y una capacidad de aprendizaje notable.

El guion, escrito por John Ridley, y Sharpe como guionista, se distingue por su realismo y su apego a los detalles cotidianos. La película no busca grandilocuencias ni efectos especiales ostentosos. En cambio, se enfoca en la vida real de Sam y Mac, mostrando sus pequeñas alegrías, sus frustraciones y sus momentos de conexión. La trama, aunque sencilla, es efectiva porque se centra en lo esencial: la amistad, el rechazo, la búsqueda de identidad y la aceptación. Hay un equilibrio interesante entre el elemento fantástico – la presencia del alienígena – y la realidad de la vida de Sam, que le permite al espectador conectarse emocionalmente con la historia. La película también toca temas relevantes, como la discriminación, el miedo a lo desconocido y la importancia de la empatía.

La fotografía de Jasper Wolf contribuye significativamente a la atmósfera de la película. Los colores son naturales, cálidos y evocadores, creando una sensación de intimidad y conexión. La dirección artística es impecable, con un diseño de producción que refleja la vida cotidiana de una familia y la alienación del niño. Sin embargo, la película podría haber beneficiado de una mayor exploración de las consecuencias de la fuga de Mac, limitándose a un ritmo más pausado en algunas ocasiones. No obstante, "Mi amigo Mac" es una película que, más allá de su premisa original, es un elogio a la amistad y a la capacidad humana de encontrar la conexión en los lugares más inesperados.

Nota: 7/10