Mi gran pequeña granja (2019)

(EN) · Documental · 1h 35m

Póster de Mi gran pequeña granja
Media
7.6 /10

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Dónde ver Mi gran pequeña granja

La película Mi gran pequeña granja está disponible para ver online a través de las plataformas de streaming: Amazon Prime Video, Filmin, Amazon Prime Video With Ads. Consulta a continuación dónde puedes verla directamente.

Sinopsis

En el 2011, el director de documentales John Chester y su mujer, la chef profesional Molly Chester, tomaron una importante decisión: dejar sus trabajos y mudarse al campo al norte de Los Angeles a cultivar una granja.

Ficha de la película

Título original

Mi gran pequeña granja


Estreno


Géneros

Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Sandra Keats, John Chester


Reparto principal de Mi gran pequeña granja

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Mi gran pequeña granja.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Mi gran pequeña granja

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Mi gran pequeña granja. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Mónica Salas
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (8.0/10)

“Mi gran pequeña granja” es una experiencia cinematográfica que se instala en la piel, dejando una resonancia tranquila y un deseo persistente de desconectar del frenesí de la vida moderna. La película, dirigida por John Chester, no se presenta como un documental convencional, sino como un viaje íntimo y visceral a la transformación de una pareja, John y Molly Chester, que abandonan sus carreras culinarias en Los Ángeles para construir una granja en el árido paisaje del norte de California. La película, lejos de buscar narrar una historia heroica de autosuficiencia, se centra en la belleza del proceso, en las pequeñas victorias y las constantes frustraciones de plantar, cosechar y criar animales.

La dirección de John Chester es notablemente sutil pero poderosa. No busca la grandilocuencia, sino que permite que la historia se desarrolle con una honestidad brutal. El ritmo es pausado, casi meditativo, reflejando la lentitud inherente al trabajo agrícola. Las tomas son largas, permitiendo que el espectador se sumerja en la atmósfera del lugar, en la textura de la tierra, en el sonido del viento. Chester no interrumpe la realidad con explicaciones; simplemente presenta la vida cotidiana de la granja, con sus momentos de alegría y sus desafíos. Esta elección estilística, a veces percibida como lenta por algunos, es, en mi opinión, lo que otorga a la película su valor más profundo: una invitación a la contemplación.

Las actuaciones de John y Molly Chester son extraordinarias. No se trata de estrellas consagradas, sino de dos personas reales, mostrando vulnerabilidad y un compromiso genuino con su nuevo proyecto. Molly, en particular, ofrece una representación honesta y a veces incluso desgarradora de las dificultades de pasar de una cocina profesional a un campo. La película no romantiza el trabajo duro; muestra los dolores de espalda, las heridas, la frustración ante las cosechas fallidas. La química entre los dos es evidente, un apoyo mutuo que se evidencia en cada tarea, en cada sonrisa compartida. Su actuación no es “actuar” en el sentido tradicional, sino una revelación de su verdadero ser.

El guion, en gran medida, se basa en el “show, don’t tell”. La historia no se cuenta a través de diálogos extensos o explicaciones detalladas, sino a través de las imágenes y de las acciones de los personajes. Aunque la trama es aparentemente simple, la película explora temas complejos como la búsqueda de sentido, la conexión con la naturaleza, la importancia de la comunidad y la dificultad de adaptarse a un nuevo estilo de vida. Sin embargo, la fuerza principal del guion radica en su capacidad para capturar la esencia de la vida rural, la belleza de la simplicidad y la verdad de los vínculos humanos. A veces, la falta de una narrativa lineal puede resultar un poco frustrante, pero en última instancia contribuye a la atmósfera contemplativa de la película.

“Mi gran pequeña granja” no es una película para todos. Su ritmo lento, su estética minimalista y su falta de un argumento convencional pueden no atraer a aquellos acostumbrados a las narrativas más estructuradas. Pero para aquellos que buscan una experiencia cinematográfica auténtica, que les invite a reflexionar sobre sus propias vidas y a conectar con la naturaleza, la película es un regalo. Es una obra que se queda en la memoria, que susurra la importancia de los pequeños placeres y de las conexiones genuinas.

Nota: 8/10

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