‘Mi hermano 2’ es, en su esencia, una película de comedia familiar con un trasfondo de drama social y romance, pero que, en definitiva, carece de la solidez narrativa que hizo que la primera entrega destacara. La película nos transporta de nuevo al vibrante mundo del cineasta turco, Nuri Bilge Ceylan, y aunque conserva su sello característico de observación pausada y un enfoque en los diálogos, esta secuela se siente un poco desfasada y a veces excesivamente lenta.
La dirección de Ceylan, como siempre, es impecable. El paisaje anatoliano, con sus extensiones de tierra árida y sus pueblos remotos, se convierte en un personaje más, influyendo en la atmósfera de la película. La cámara se detiene en los detalles, en las miradas, en los gestos, permitiendo al espectador sumergirse en el mundo de los personajes. Sin embargo, la lentitud, a veces percibida como contemplación, se siente como una falta de impulso en la historia. Ceylan se enfoca en las micro-narraciones, en las pequeñas luchas cotidianas, pero la película a menudo se pierde en la introspección, perdiendo así el ritmo que antes definía la primera entrega.
Las actuaciones son sólidas, aunque sin alcanzar el nivel de emotividad que se podía esperar. Haluk Bilginer, como Hakan, ofrece una interpretación natural y matizada, transmitiendo la incomodidad y la frustración de un hombre atrapado entre las expectativas familiares y su propia ambición. Şahim Baran, como Ozan, también cumple su papel con una calma inquietante, y la química entre los hermanos es palpable, contribuyendo a la tensión dramática. El personaje de Leyla, interpretado por Ebru Ceylan, aporta un toque de rebeldía y vitalidad, aunque su arco argumental se siente un poco superficial. No obstante, el regreso de Aslı İnandık como Didem, la prometida de Hakan, y su lucha contra las presiones sociales y familiares, aporta una dinámica interesante, aunque su personaje carece de profundidad.
El guion es quizás el aspecto más débil de la película. Aunque los diálogos son inteligentes y reveladores sobre las tensiones sociales, las relaciones familiares y la búsqueda de la identidad, la trama se siente repetitiva. La obsesión con la boda, los conflictos entre las familias y la necesidad de llegar a tiempo para el evento se ven constantemente, lo que resulta en una sensación de cansancio. La película se centra en la moralidad del comportamiento y las consecuencias de las acciones, pero sin ofrecer una resolución clara o una reflexión profunda sobre los temas planteados. El giro inesperado con la supuesta muerte de Tato, si bien ofrece un momento de sorpresa, se siente forzado y no encaja plenamente en la narrativa global.
En resumen, ‘Mi hermano 2’ es un espectáculo visualmente atractivo con actuaciones decentes, pero que peca de redundancia y carece de la fuerza emocional y la frescura de su predecesora. Es una película para aquellos que disfrutan del estilo de Ceylan y no les importa la lentitud del ritmo. Para otros, podría resultar tediosa y poco satisfactoria.
Nota: 6/10