Mi mujer favorita (1940)

“Mi mujer favorita” (My Favorite Wife, 1945) no es solo una comedia romántica, es una exploración sutil y a menudo conmovedora de la obsesión, el arrepentimiento y el precio del pasado. Dirigida por George Stevens, la película logra un equilibrio delicado entre el humor desenfadado y la profundidad emocional, elementos que la hacen aún más perdurable décadas después de su estreno. Stevens demuestra un dominio excepcional en la construcción de la narrativa, manejando con maestría el ritmo y las transiciones, evitando que la trama de intriga y engaño se convierta en un torbellino caótico. La película no se aferra a soluciones fáciles o finales felices convenecionales; en cambio, presenta un final ambiguo que deja al espectador reflexionando sobre las elecciones de sus personajes y las consecuencias de sus acciones.

La dirección de Stevens se distingue por su naturalidad y su capacidad para captar la esencia de sus personajes. El film se basa en una fotografía exquisita, con tomas que transmiten la atmósfera de cada lugar, desde el lujoso apartamento de Nick y Ellen, hasta la austera y solitaria isla donde Ellen ha pasado los últimos siete años. Esta estética visual complementa la narrativa, acentuando las emociones que se sientan. El uso de la luz y la sombra contribuye a la atmósfera melancólica y a la sensación de secretos ocultos.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Irene Dunne brilla como Ellen Wagstaff, un personaje complejo y multifacético. Dunne ofrece una interpretación matizada, transmitiendo tanto la desesperación y la determinación de recuperar a su marido, como la vulnerabilidad y el dolor que ha experimentado. Cary Grant, como Nick, aporta su habitual encanto y carisma, pero también una genuina preocupación por su esposa y un conflicto interno evidente. Gail Patrick, como Bianca, interpreta con maestría el papel de la mujer que ha llenado el vacío en la vida de Nick, aportando una fragilidad y una tristeza que no se simplifican en un papel de villana. Randolph Scott, en su breve pero memorable aparición, ofrece un arquetipo de hombre duro y solitario, un reflejo de la propia soledad que subyace en la historia.

El guion, adaptado de una obra teatral de Maurice Browne, es un ejemplo de escritura inteligente y refinada. Evita los clichés de género y se adentra en la psicología de los personajes, explorando sus motivaciones y sus miedos. La trama se desarrolla con cuidado, revelando progresivamente los detalles que rodean la desaparición de Ellen y la naturaleza de su encuentro con Burkett. El guion también maneja el tema del engaño con una honestidad y una sensibilidad que le otorgan una fuerza particular. La película no juzga a sus personajes, sino que los presenta como seres humanos imperfectos que toman decisiones difíciles en circunstancias complicadas.

En definitiva, “Mi mujer favorita” es una comedia romántica agridulce, una obra maestra del cine que combina con maestría el humor, el drama y el misterio. No es una película fácil de ver, ya que trata temas difíciles, pero es una experiencia cinematográfica gratificante y memorable.

Nota: 8.5/10