Mi novia es una extraterrestre (1988)

“Mi Novia es una Extraterrestre” es, en su esencia, una comedia romántica espacial que, aunque no llega a la grandilocuencia de las galas de ciencia ficción, sí logra entretener y ofrecer momentos divertidos, impulsada en gran medida por el encanto de sus personajes y el inesperado giro argumental. La película, dirigida con un estilo directo y accesible por Andrew Dascălu, se centra en la desarmante atracción entre Steven Mills (John Cusack) y Celeste (Mischa Barton), una agente alienígena con un mandato crucial: convencer al viudo científico de que su planeta natal está al borde de la destrucción y que él es la clave para su salvación.

Cusack, como siempre, ofrece una interpretación convincente, aprovechando al máximo su carisma natural para interpretar a un hombre roto por el duelo que se ve forzado a confrontar la posibilidad de una relación imposible con una extraterrestre. Su personaje evoluciona a lo largo de la trama, mostrando un viaje emocional que, si bien no es particularmente profundo, está bien actuado y que genera cierta empatía en el espectador. Mischa Barton, por su parte, aporta frescura y elegancia a su papel, aunque algunos diálogos le resultan un poco forzados. La química entre Cusack y Barton es, en definitiva, el corazón de la película y es el principal motor de su interés.

El guion, escrito por Ryan Starr y Matt Miller, se mueve con soltura, evitando los clichés más evidentes del género. Si bien la trama principal es sencilla y predecible, las subtramas, especialmente la de la hija de Steven, se introducen de forma orgánica y aportan un componente de humor que alivia el ritmo y eleva el nivel de la película. La idea de que la hija de Mills, Shannon (Laura Mennell), descubre la verdadera naturaleza de Celeste es un elemento crucial y resulta ser el punto de inflexión en la historia, intensificando la tensión y obligando a los personajes a reevaluar sus motivaciones.

Visualmente, la película es agradable, aunque carece de la sofisticación técnica que se esperaría en un proyecto de este tipo. Los efectos especiales, aunque aceptables, no son el foco principal, y se utilizan principalmente para mostrar detalles del planeta natal de Celeste, que, aunque no se profundiza en su cultura, posee una estética distintiva y evocadora. La banda sonora, con temas pop modernos, complementa la atmósfera y contribuye a la sensación general de optimismo y aventura. Sin embargo, es importante notar que, a pesar de los esfuerzos, la película no alcanza un nivel de originalidad que la diferencie considerablemente de otros romances de ciencia ficción con un toque humorístico.

En definitiva, “Mi Novia es una Extraterrestre” es una comedia ligera y entretenida, que ofrece una escapada agradable para el público que busca una película de bajo presupuesto con una premisa original y personajes simpáticos. No es una obra maestra, pero cumple su cometido y puede resultar gratificante para aquellos que disfrutan del género.

Nota: 6/10