“Mi primera boda” (2023) es una comedia romántica con un potencial inmenso que, aunque no logra alcanzar la perfección, ofrece un entretenimiento ligero y divertido, aprovechando al máximo el caos inherente a un matrimonio en la veda. La película, dirigida por María Segarra, no intenta reinventar la rueda, sino que se apoya en una premisa familiar y relatable: el pánico y la improvisación que pueden surgir en un evento importante, y cómo ese estrés puede llevar a situaciones cómicas y, a veces, embarazosas.
El guion, en su esencia, es sólido. No obstante, percibo cierta fragilidad en algunos diálogos que, aunque contribuyen al tono coloquial y desenfadado, podrían haber sido más ágiles y con un ritmo más sostenido. A pesar de ello, la historia se centra en la relación entre Adrián y Leonora, interpretados por Hugo Silva y Naila Kostova, quienes logran establecer una química convincente. Silva, en particular, sobresale en la representación de un novio ansioso y vulnerable, capaz de transmitir la desesperación de un hombre que no quiere arruinar su primer gran paso juntos. Kostova, por su parte, aporta una dosis de inocencia y naturalidad que complementa a la perfección la nerviosidad de Adrián. El desarrollo de sus personajes se siente orgánico, y su evolución a lo largo de la comedia es creíble y entretenida.
La dirección de María Segarra no es particularmente llamativa en términos de virtuosismo técnico, pero sí consigue crear un ambiente de tensión cómica palpable. El uso de la cámara a menudo se centra en los rostros de los personajes, capturando sus expresiones de nerviosismo, sorpresa y desesperación. La película se beneficia de un diseño de producción impecable, que recrea con gran detalle el ambiente de una boda tradicional española, lleno de color, música y detalles que contribuyen a la atmósfera festiva, aunque también ligeramente caótica. Sin embargo, la película podría haber explorado más las ramificaciones de la "pequeña equivocación" inicial de Adrián. El desenlace, aunque divertido, podría haber sido más elaborado, con un mayor énfasis en las consecuencias emocionales de las decisiones de Adrián y Leonora.
En definitiva, “Mi primera boda” es una comedia romántica que cumple su cometido: ofrece un entretenimiento ligero y accesible. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí una película agradable para ver en compañía de amigos y familiares. El equipo de actores da lo mejor de sí, y el ambiente general es acogedor y divertido. La película es un recordatorio de que, en ocasiones, lo mejor que podemos hacer es reírnos de nuestros errores y seguir adelante. Es una comedia que invita a la reflexión, en un pequeño sentido, sobre la importancia de la comunicación y la aceptación dentro de las relaciones.
Nota: 7/10
