Midget Zombie Takeover (2013)

“Midget Zombie Takeover” es, sin duda, una propuesta que desafía las convenciones del cine de terror y, a primera vista, podría parecer un ejercicio de excesos. Sin embargo, bajo una capa de lo absurdo reside una película sorprendentemente entretenida y, en cierto modo, perturbadora. La premisa, inicialmente ridícula - una invasión de zombis en miniatura que desata el caos en una fiesta en un jacuzzi – no es la fuerza motriz principal; más bien, sirve como el catalizador para explorar temas de vulnerabilidad, supervivencia y la fragilidad de la normalidad.

La dirección de Kristi McKay demuestra una audacia notable. Se atreve a jugar con el contraste entre lo grotesco y lo mundano, y logra un equilibrio que, aunque a veces se inclina hacia el exceso, rara vez es descabellado. Hay momentos, como la representación de los zombis en miniatura, que se mueven de una manera tan precisa y caricaturesca que generan un efecto cómico genuino. Sin embargo, McKay no se limita a la comedia; subraya la desesperación de los protagonistas, mostrando cómo la amenaza se cierne sobre ellos, transformando la atmósfera festiva en una tensa batalla por la supervivencia. La cinematografía, en general, es competente, con encuadres que enfatizan la pequeñez y la vulnerabilidad de los personajes frente a la creciente horda.

Las actuaciones son sobresalientes, considerando el tono particular de la película. Jonathan Hodges, como el líder del grupo, transmite una mezcla de incredulidad, miedo y determinación que es creíble. Glenn Berggoetz aporta un toque de humor negro, mientras que Anita Nicole Brown, cuyo personaje se revela como la clave para entender el origen de la invasión, ofrece una interpretación sólida y convincente. La química entre los actores es palpable, lo que mejora significativamente la experiencia de la película, incluso en sus momentos más absurdos.

En cuanto al guion, “Midget Zombie Takeover” se adentra en territorio experimental. Aunque la trama es predecible en su estructura básica, la película se distingue por su enfoque único en la perspectiva de los personajes y por su capacidad para generar suspense a través de la tensión y el misterio. La explicación del origen de los zombis en miniatura no es la más elaborada, pero es suficiente para establecer un contexto intrigante y plantear preguntas sobre la naturaleza de la amenaza. El desarrollo de los personajes, a pesar de su enfoque en la supervivencia, se siente orgánico y permite al espectador conectar emocionalmente con sus luchas. El guion no intenta ser profundo o intelectual; se centra en la experiencia visceral del terror y la supervivencia.

En definitiva, "Midget Zombie Takeover" es una película divertida, peculiar y sorprendentemente efectiva. No es un clásico del terror, pero ofrece una experiencia de entretenimiento original y estimulante, que se queda en la memoria por su singularidad. Es una película que se atreve a ser diferente y, en ese sentido, merece ser apreciada.

Nota: 7/10