“Midnight Special” (2016) es una película que, a pesar de su relativa oscuridad y un público que quizás no sea su público objetivo, se erige como una experiencia cinematográfica singular y profundamente inquietante. Dirigida por Jeff Nichols, la película no busca la espectacularidad o los efectos especiales, sino que se centra en la construcción de personajes complejos y en una atmósfera opresiva que permea cada fotograma. Nichols, conocido por su estilo pausado y realista, logra que la trama, centrada en un hombre y su hijo perseguidos por un grupo gubernamental, se sienta críptica e incluso terrorífica a pesar de la ausencia de monstruos clásicos.
La actuación de Michael Shannon como Roy es, sin lugar a dudas, el núcleo de la película. Shannon ofrece una interpretación magistral, construyendo a Roy como un personaje atormentado por su pasado, un hombre aislado y desconfiado que lucha por proteger a su hijo de una forma que puede parecer retorcida o incluso violenta. No se trata de un villano, sino de un padre desesperado, un hombre que, debido a un pasado marcado por el trauma, se siente obligado a tomar decisiones extremas para asegurar la supervivencia de su hijo. La química entre Shannon y Jaeden Lieberher es palpable, lo que hace que la relación entre ambos sea lo más convincente de la película. Lieberher, en su debut, ofrece una actuación sorprendente, transmitiendo la inocencia y la vulnerabilidad de Alton con una naturalidad impresionante, sin caer en la caricatura o en la exageración.
El guion, coescrito por Nichols y Karl Urban, es una de las mayores fortalezas de la película. No se basa en explicaciones fáciles o en clichés del género de ciencia ficción. En lugar de eso, plantea preguntas sobre la naturaleza del poder, la identidad, el amor paternal y la naturaleza del bien y del mal. La película se construye gradualmente, con diálogos sutiles y significativos que revelan poco a poco el pasado de Roy y los orígenes de los poderes de Alton. La dirección de Nichols es impecable, utilizando la fotografía en tonos apagados y la banda sonora minimalista para crear una sensación de inquietud y desasosiego constante. Las persecuciones no son explosiones grandiosas, sino momentos tensos y claustrofóbicos, que enfatizan la vulnerabilidad de los personajes y la amenaza que representan para ellos.
“Midnight Special” no es una película para todos los gustos. Su ritmo pausado, su falta de explicaciones fáciles y su atmósfera sombría pueden resultar frustrantes para aquellos que buscan una experiencia más convencional. Sin embargo, para aquellos que estén dispuestos a sumergirse en esta historia particular, se revela como una joya cinematográfica, una exploración del amor, la pérdida y la búsqueda de la identidad en un contexto de paranoia gubernamental y poderes inexplicables. Es una película que, una vez vista, permanece en la memoria, invitando a la reflexión y generando un inquietante sentimiento de incertidumbre.
Nota: 7/10