Midway (2019)

“Midway” no es la película de la Segunda Guerra Mundial que uno esperaría, pero tampoco es una completa decepción. Más que un relato épico de batalla aérea, se trata de un drama de personajes que intenta, con éxito limitado, condensar el complejo despliegue estratégico que condujo al crucial enfrentamiento en la isla de Midway. La película, dirigida por Roland Emmerich, ofrece un espectáculo visual considerable, pero tropieza con una ejecución que, en última instancia, diluye la potencia narrativa de su premisa.

La dirección de Emmerich se centra, como es habitual en su filmografía, en los efectos especiales y las secuencias de acción. Y aquí es donde “Midway” brilla. Las simulaciones de los combates aéreos son impresionantes, con un nivel de detalle asombroso que justifica el considerable presupuesto invertido. Las explosiones son espectaculares, los aviones se destruyen con realismo, y las maniobras aéreas son impresionantes en su ejecución. Sin embargo, esta abundancia de acción a menudo resta importancia a la construcción de personajes y a la comprensión de las motivaciones detrás de las decisiones estratégicas.

El guion, adaptado de los memorias de Dick Best, carece de la profundidad que la historia ameritaba. Los personajes principales, como el Almirante Nimitz (Patrick Wilson) y Dick Best (Dennis Quaid), quedan relegados a roles de héroes arquetípicos, sin profundizar en sus conflictos internos o en las dudas que podrían haber tenido en ese momento crítico. Wilson ofrece una interpretación sólida, pero su Nimitz se siente algo plano, y Quaid, aunque convincente en su rol de piloto audaz y valiente, no consigue transmitir la complejidad de un hombre que asume un riesgo considerable. Otras interpretaciones, como la de Ed Harris como el Almirante Spruance, son más interesantes, aportando matices y un sentido de autoridad al liderazgo militar.

La película se centra demasiado en los detalles técnicos y en la representación de las batallas, descuidando el contexto geopolítico y las consecuencias de las decisiones tomadas. Se presta poca atención al impacto de la guerra en la población civil o a las esperanzas y temores de los soldados involucrados. La tensión dramática se ve mermada por la constante sucesión de escenas de acción, lo que dificulta la conexión emocional con los personajes.

A pesar de sus fallas, “Midway” ofrece un buen vistazo a la preparación y ejecución de una de las victorias más importantes de la guerra del Pacífico. La banda sonora, con un enfoque en la música de la época, contribuye a crear una atmósfera auténtica. La película es un espectáculo visualmente impactante, pero un drama narrativo que podría haber sido mucho más profundo y significativo. No se trata de una obra maestra, pero sí de un entretenimiento decente para aquellos interesados en la historia militar.

Nota: 6/10