Milyarder (1986)

“Milyarder” no es simplemente una comedia; es una inmersión en la peculiaridad del alma humana, un retrato de la insatisfacción y la desesperada búsqueda de la felicidad a través de la riqueza y la fama. La película, dirigida con maestría por y por Şener Şen, se erige como una obra fundamental del cine turco de los años 70, y sigue siendo sorprendentemente relevante hoy en día. La película no se dedica a la simple parodia; si bien la transformación del protagonista, interpretado por Şener Şen con una intensidad y un humor sutil, es ridícula y exagerada, también explora con cierta profundidad el conflicto interno de un hombre que se siente atrapado en una rutina y que, de repente, se ve inmerso en un mundo que no comprende ni a cuál pertenece.

La actuación de Şener Şen es, sin duda, el pilar fundamental de la película. Su caracterización del personaje principal es impecable. No se reduce a un simple bufón; la mirada de Şener Şen transmite una mezcla de confusión, temor y, en ocasiones, un velado anhelo. Observar su progresiva desintegración, su incapacidad para manejar la fortuna repentina y su creciente aislamiento, es un ejercicio de empatía. Tuluğ Çizgen complementa la actuación de Şen con una brillante actuación como el amigo, ofreciendo una contrapunto cósmico y a menudo agridulce a la transformación del protagonista.

El guion, bajo la supervisión de Şener Şen, es deliberadamente absurdo y surrealista. Las situaciones que se presentan, desde la adquisición de un yate hasta la construcción de un castillo, son dignas de una comedia de remate, pero se ejecutan con una naturalidad que las hace aún más efectivas. La película no teme al humor incómodo o a lo ridículo, y utiliza estos elementos para explorar temas más profundos como la vacuidad de la riqueza, la soledad y la dificultad de encontrar significado en la vida. La dirección de Şener Şen, además, es notable por su atención al detalle en la creación de un ambiente onírico y distópico que refuerza el tono general de la película. La fotografía, aunque no llamativa, contribuye a la atmósfera general con sus colores vibrantes y su uso del simbolismo.

Sin embargo, “Milyarder” no está exenta de debilidades. El ritmo a veces puede ser irregular, y algunas de las escenas de comedia resultan un poco repetitivas. Además, la película, aunque ingeniosa, podría beneficiarse de un mayor desarrollo de algunos de los personajes secundarios. No obstante, estas pequeñas fallas no empañan la experiencia general de ver una película tan original y provocadora como “Milyarder”. Es una joya del cine turco que merece ser descubierta y apreciada.

Nota: 8/10