Mira cómo corren (2022)

“Mira cómo corren” (Run, Lola Run, 1998) no es solo una película; es una experiencia visceral, un torbellino de color, ritmo y, sobre todo, una pregunta sobre el valor de lo esencial en la vida. El film, dirigido con una audacia innegable por Tom Tykwer, Mark Wieder y Heiner Müller, rompe con las convenciones del thriller tradicional, transformándolo en algo mucho más complejo y, a la vez, profundamente personal. La película, a primera vista, podría parecer un simple esquema de suspense de “tres tomas”, pero la inteligencia narrativa y la dirección magistral hacen que la repetición, lejos de ser un defecto, sea la clave para su éxito.

El guion, coescrito por Tykwer, Wieder y Müller, explora la obsesión por el tiempo y la validez de las acciones. El concepto central – que Lola, una joven en problemas económicos, tiene dos intentos de obtener 100 euros antes de las 9:00 am – genera un frenesí que se refleja en la banda sonora vibrante y frenética de Die Furzteufel, que se convierte en un elemento narrativo casi tan importante como el diálogo. Sin embargo, más allá del concepto original, el guion se adentra en cuestiones de moralidad, amor y las consecuencias de nuestras elecciones. La trama secundaria, con los asesinatos y la investigación policial, sirve como un vehículo para reflexionar sobre el destino y la inevitabilidad de los eventos, todo ello envuelto en un ambiente de paranoia y sospecha.

Las actuaciones son sólidas, pero las de Erike Troelsen como Lola y Frank Moder como Frank, su prometido, son especialmente memorables. Troelsen captura con maestría la desesperación y la determinación de Lola, transmitiendo una vulnerabilidad que contrasta con su valentía. Moder, en cambio, ofrece una interpretación matizada de un hombre atrapado en una situación que no comprende, mostrando una evolución sutil a lo largo de la película. La dirección de actores es sutil pero efectiva, permitiendo que cada personaje resuene con el espectador a pesar del ritmo implacable. La fotografía, con sus colores saturados y su uso audaz del movimiento de cámara, intensifica la sensación de urgencia y caos.

Quizás la mayor fortaleza de la película reside en su capacidad para generar múltiples interpretaciones. No se trata de una película con respuestas fáciles. Al principio, la repetición puede resultar inquietante, incluso frustrante. Sin embargo, a medida que el espectador se sumerge en el flujo de la narrativa, se da cuenta de que la estructura repetitiva no es un recurso estilístico, sino una forma de explorar las limitaciones del tiempo y la repetición de las acciones, subrayando la idea de que las consecuencias de nuestros actos se repiten una y otra vez. Es una película que te obliga a pensar, a cuestionar tus propios valores y a reflexionar sobre lo que realmente importa. "Mira cómo corren" es un clásico moderno que, a pesar de sus años, sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en su estreno.

Nota: 8.5/10