Misión imposible (1996)

“Misión Imposible: Protocolo Fantasma” no es solo otra entrega de la franquicia; es una reafirmación de por qué esta saga ha logrado mantener a sus seguidores enganchados durante décadas. Más allá del espectáculo visual y las secuencias de acción vertiginosas, la película, dirigida de forma magistral por Christopher McQuarrie, se basa en la sólida construcción de personajes y un guion que, aunque repleto de tramas secundarias, se centra en la dinamismo y el carisma del equipo de Ethan Hunt. La dirección de McQuarrie se distingue por su meticulosidad en la planificación de cada secuencia, logrando un equilibrio perfecto entre la exageración y el realismo, haciendo que las acrobacias, a veces imposibles, sean creíbles dentro del universo de la serie.

Tom Cruise, una vez más, demuestra una dedicación incomparable a su trabajo. Su interpretación de Ethan Hunt ha evolucionado a lo largo de la serie, pasando de ser un agente frío y calculador a un hombre con un profundo sentido del deber y una lealtad inquebrantable a sus compañeros. La película explora la vulnerabilidad de Hunt, mostrándolo en situaciones donde sus habilidades están al límite y donde la misión pone en peligro no solo su vida, sino también la de sus amigos. La química entre Cruise y la restante película, especialmente Simon Pegg y Jeremy Renner, es el corazón de la película. Las interacciones entre estos personajes, llenas de humor y tensión, aportan una dimensión humana a la trama global. Pegg, en particular, se beneficia enormemente de este papel, aportando un toque de irreverencia que contrasta sorprendentemente con la seriedad del agente Phelps.

El guion, aunque confuso en ocasiones debido a la cantidad de subtramas y personajes secundarios, consigue mantener la atención del espectador gracias a su ritmo rápido y sus giros inesperados. La amenaza, representada por el misterioso “Silas Thorne”, se presenta como un antagonista convincente, aunque su motivación principal resulta un poco simplista. Sin embargo, la verdadera fuerza del guion reside en la forma en que explora las consecuencias de las acciones de Hunt y la importancia de la confianza y el sacrificio. La película profundiza en la idea de que la misión, y el mundo, no siempre se pueden salvar con un plan perfecto, sino a veces con la valentía de enfrentarse a la incertidumbre. La trama, a pesar de ser compleja, sirve como telón de fondo para la exploración del vínculo entre los miembros del equipo, mostrando cómo la confianza mutua y el apoyo son esenciales para el éxito en la “Misión Imposible”.

En definitiva, “Misión Imposible: Protocolo Fantasma” es una película de acción moderna que, si bien no redefine el género, ofrece un espectáculo visual impresionante, actuaciones sólidas y un guion que, aunque a veces complicado, se centra en los personajes y el dinamismo del equipo. Es una entrega memorable que solidifica la posición de la franquicia como un referente en el cine de espías.

Nota: 8/10