Misión imposible: Protocolo fantasma (2011)

“Misión Imposible: Protocolo Fantasma” es una película que se debate entre el entretenimiento puro y una exploración, aunque superficial, de la paranoia y la desconfianza. Tom Cruise, como siempre, ofrece una presencia física innegable, moviéndose con la agilidad y el riesgo que han convertido a Ethan Hunt en un icono del cine de acción. Sin embargo, la trama, si bien compleja y repleta de giros inesperados, carece de la profundidad emocional que podríamos esperar de la saga. La película no se preocupa tanto por el personaje de Hunt como por la construcción de un mundo donde la lealtad se vuelve un arma de doble filo.

La dirección de J.J. Abrams y Christopher McQuarrie logra crear un ambiente de tensión constante, jugando con la estética oscura y los efectos visuales para sumirnos en la sensación de traición. Las escenas de acción, coreografías impecables como es habitual en la franquicia, son impresionantes y sostenidas en el tiempo. Sin embargo, la sobreexposición a las secuencias de persecución, aunque entretenidas, a veces diluyen la importancia de la narrativa. A veces, la acción se convierte en un fin en sí misma, dejando de lado el desarrollo de personajes o las motivaciones más profundas.

La película tiene un elenco diverso que incorpora nuevos rostros al equipo de Hunt, cada uno con sus propias razones para ayudar, o más bien, para sobrevivir. Los actores como Léa Seydoux, Rebecca Ferguson o Ving Rhames cumplen su cometido, aportando matices a los personajes secundarios, pero la profundidad de sus arcos narrativos es limitada. Cruise, en el centro de la trama, se ve obligado a lidiar con un mundo donde incluso sus antiguos aliados lo consideran un enemigo, una situación que le obliga a redefinir su propia lealtad. Su actuación, aunque llena de momentos heroicos, se ve atenuada por la necesidad de mantener la dinámica explosiva que caracteriza al personaje.

El guion, aunque sólido en términos de ritmo y suspense, se basa en cliches del género de espías y conspiraciones. La idea del "Protocolo Fantasma", un sistema para desmantelar cualquier amenaza a la seguridad nacional, es interesante, pero se explora de forma superficial. La película se centra en la ejecución de la trama, en los saltos y persecuciones, en lugar de profundizar en las implicaciones políticas o morales de las acciones de Hunt. El elemento de la infiltración y la manipulación es constante, pero rara vez se utiliza para generar un debate más allá de la simple necesidad de evitar una amenaza. La película se basa en la “saber que va a pasar algo malo, y Ethan lo va a evitar”, sin una exploración de por qué, y con qué consecuencias.

En definitiva, "Misión Imposible: Protocolo Fantasma" es una entrega de acción frenética y visualmente atractiva, que ofrece una dosis saludable de adrenalina. Sin embargo, no alcanza el nivel de la saga, debido a una trama simplista y a la falta de interés en la caracterización de los personajes. Es un entretenimiento sólido, pero que deja la sensación de no haber explorado todo su potencial.

Nota: 6/10