Misión sin permiso (2004)

“Misión sin Permiso” se presenta como un thriller juvenil con un aire de homenaje a clásicos del género, como “Magnum” o incluso “Los Pitufos”, pero la película, a pesar de sus intenciones de ser ligera y divertida, termina siendo un ejercicio de ingenuidad con algunos momentos de genuino entretenimiento. La premisa, la de un grupo de adolescentes con habilidades excepcionales y un plan audaz para robar un banco, es prometedora y la dirección de primera de Christian Morgensted es competente, logrando mantener un ritmo ágil y creando algunas escenas visualmente interesantes, especialmente durante las secuencias de planificación y los escapes. Sin embargo, la película tropieza en la ejecución, perdiendo la fuerza que podría haber tenido su idea central.

Las actuaciones son un punto fuerte. Anya Taylor-Joy, en el papel de Maddy, aporta una chispa de carisma y valentía que eleva considerablemente la película. Su personaje no es simplemente la “chica guapa”, sino una líder inteligente y decidida, que se ve constantemente superada por la juventud de sus compañeros. El dúo formado por Ross Butler (Gus) y Charlie Heaton (Austin) ofrece una química interesante, con un contraste entre la pragmática frialdad de Gus y la actitud más rebelde y despreocupada de Austin. Aunque el reparto es joven, la dirección logra sacarles lo mejor de cada uno, dotándoles de personalidad y permitiéndoles mostrar un rango de emociones más amplio de lo que se esperaría en una película de este tipo.

El guion, sin embargo, es donde reside el principal problema de la película. Si bien la trama ofrece algunos giros interesantes y momentos de suspense, la ejecución es superficial y los diálogos a menudo son forzados y poco creíbles. La película se basa excesivamente en bromas y situaciones cómicas, a veces a expensas de la tensión y el desarrollo de los personajes. Además, las motivaciones de los personajes, en particular el motivo por el cual están decididos a robar el banco, no están del todo bien exploradas, dejando al espectador con la sensación de que se les está contando una historia sin profundizar en ella. La resolución, que busca un final heroico y redentor, resulta un tanto simplista y carente de la profundidad que podría haberle dado mayor impacto.

En definitiva, “Misión sin Permiso” es un entretenimiento ligero, adecuado para una noche de cine sin grandes pretensiones. No es una obra maestra, pero ofrece algunos momentos de diversión y destaca por las actuaciones de su elenco joven. Sin embargo, la dirección y el guion le impiden alcanzar su potencial máximo y la convierten en una experiencia olvidable a la hora de analizarla con detenimiento. Es una película que intenta ser "cool" pero termina siendo algo plano y predecible.

Nota: 6/10