Miss Potter (2006)

“Miss Potter” no es un melodrama grandilocuente, sino una película delicada y sorprendentemente conmovedora que nos presenta a Beatrix Potter a través de los ojos de su propia vida, reescrita a la luz de su relación con Norman Warne. La película, dirigida por Chris Smith, se centra menos en los aspectos dramáticos de su vida y más en la fuerza de voluntad y la persistencia de una mujer que desafió las rígidas normas sociales de la Inglaterra victoriana para perseguir su verdadero amor y su talento artístico.

Kate Winslet ofrece una interpretación magistral de Beatrix Potter. La actriz no se limita a imitar la apariencia de la autora; encapsula su inteligencia, su independencia de espíritu y su vulnerabilidad con una sutileza impresionante. En ocasiones, la vemos luchando contra el peso de las expectativas sociales, la presión familiar y la necesidad de defender su visión artística. Winslet logra que la audiencia se conecte profundamente con la protagonista, entendiendo sus motivaciones y, al mismo tiempo, su fragilidad. Su mirada transmite una melancolía contenida, un anhelo constante por la libertad y la realización personal.

La relación entre Beatrix y Norman Warne, interpretada por Ewan McGregor, es el corazón de la película. Su conexión es palpable desde el principio, pero no se reduce a un romance convencional. La película explora la importancia del apoyo mutuo, la admiración intelectual y el respeto profesional en su vínculo. McGregor ofrece una interpretación sólida, aportando un aire de sofisticación y un sentido del humor sutil que complementa perfectamente la figura de Beatrix. No obstante, a veces, la película se siente un poco apresurada en su representación de su desarrollo como pareja, perdiendo oportunidades para profundizar en la complejidad de su afecto.

El guion, adaptado de la propia autobiografía de Beatrix Potter, es inteligente y evocador, aunque carece de la profundidad narrativa que podría haber elevado la película. Las escenas ambientadas en el mundo de los animales, particularmente las ilustraciones de Peter Rabbit, son visualmente deslumbrantes y perfectamente integradas en la narrativa. La película hace un uso magistral del color y la luz, evocando la atmósfera de la Inglaterra victoriana, pero también la magia del mundo de los libros. El ritmo es generalmente pausado, lo que permite al espectador conectar con los personajes y reflexionar sobre los temas de la película, como el deseo de independencia, la importancia de la pasión y la lucha por la libertad creativa.

Sin embargo, la película, por sí misma, no logra trascender la mera biografía. Si bien el filme celebra el talento de Beatrix Potter, se queda en la superficie de su vida, sin ahondar lo suficiente en los desafíos internos y las contradicciones de su personalidad. A pesar de ello, “Miss Potter” es un filme agradable, elegante y bien actuado, que merece ser visto por aquellos interesados en la historia de una mujer que rompió barreras y dejó un legado perdurable.

Nota: 7/10