Mixed by Erry (2023)

“Mixed by Erry” es un viaje nostálgico y visceral a través de la Italia de los 80, un condensado emocional de una generación que descubrió la música, el amor y la rebeldía a través de los puentes sonoros de tres hermanos napolitanos. La película de Carlo Vagheri no es simplemente una biografía, sino una disección íntima del espíritu de un tiempo y de las relaciones humanas que lo definieron. Desde el primer fotograma, se siente la atmósfera cálida y a veces melancólica de Nápoles, un escenario que actúa como un personaje más, impregnando cada escena con un aroma a cassette, cigarrillos y sueños adolescentes.

La dirección de Vagheri es magistral en su sencillez. Evita la grandilocuencia y se centra en los detalles, en las miradas, en las conversaciones aparentemente triviales que, en realidad, revelan la profundidad de los personajes. El uso de la cámara, en su mayoría estable, contribuye a crear una sensación de autenticidad, como si el espectador estuviera presenciando un momento real, un recuerdo que resurge. Hay un cierto lirismo visual que se aprecia en la recreación de los ambientes, mostrando los pequeños placeres de la vida cotidiana y la vibrante energía de los clubes y los mercados napolitanos. Un ejemplo brillante es la escena del mercado, un torbellino de colores, sonidos y rostros que captura la esencia de la vida en la ciudad.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de los hermanos Erry, interpretados por Carmine Ganun, Alessandro Lazzeroni y Antonio De Curtis. Su química es palpable, y cada uno de ellos transmite la complejidad de su personaje con una naturalidad asombrosa. No se trata de representaciones grandilocuentes, sino de la honestidad de sus emociones, de sus dudas, de sus deseos. Ganun, en particular, encarna a Erry con una vulnerabilidad conmovedora, y sus interacciones con sus hermanos son el corazón de la película. La dinámica familiar, a menudo tensa y a veces llena de amor incondicional, se desarrolla de forma orgánica y creíble. El resto del elenco secundario también cumple con creces, aportando matices y profundidad a la trama.

El guion, adaptado de un libro de Erry, es el verdadero triunfo de la película. Evita caer en clichés y se centra en la historia real de los hermanos, resaltando su ingenio y su determinación. El guion es un retrato honesto de un negocio familiar, de las dificultades económicas y de la lucha por mantener viva una pasión. Pero, sobre todo, es un estudio profundo de las relaciones humanas, del amor, de la pérdida y del deseo de encontrar un lugar en el mundo. Las conversaciones, a veces improvisadas, revelan la sabiduría y la melancolía de un grupo de jóvenes que se encuentran a sí mismos a través de la música. La película no rehuye las complejidades de las relaciones familiares, mostrando los conflictos y las reconciliaciones con una sensibilidad exquisita. Hay momentos de humor sutil, pero también de profunda tristeza, que resuenan en el espectador.

En definitiva, “Mixed by Erry” es una joya cinematográfica que celebra la memoria, la música y la importancia de conectar con los demás. No es una película fácil de ver, pues aborda temas difíciles con una autenticidad que puede resultar dolorosa, pero su honestidad y su belleza estética la convierten en una experiencia inolvidable. Es una oda al poder de la música para trascender fronteras y conectar generaciones.

Nota: 8.5/10