Modelo 77 (2022)

“Modelo 77” no es una simple película de prisión; es un relato visceral y claustrofóbico sobre la lucha por la dignidad humana frente a un sistema represivo. La dirección de J.A. Bayona es magistral, logrando crear una atmósfera de tensión constante, una película que te absorbe desde el primer momento gracias a la banda sonora y al diseño de producción impecable, que evocan con precisión el ambiente de las cárceles españolas de esa época. No se limita a mostrar la brutalidad física de la vida en prisión, sino que se adentra en la psicología de sus personajes, explorando sus miedos, sus esperanzas y sus motivaciones. La película se siente profundamente arraigada en la realidad histórica de los años 70, utilizando la figura de la cárcel Modelo de Barcelona como un microcosmos de la sociedad española y su transición a la democracia.

Miguel Herrán y Javier Gutiérrez ofrecen interpretaciones excepcionales. Herrán, como Manuel, transmite una mezcla de vulnerabilidad y determinación que lo hace comprensible y entrañable, mientras que Gutiérrez, en el papel de Pino, aporta una capa de complejidad al personaje, mostrando un hombre marcado por sus errores pasados pero aún con la capacidad de redención. La química entre ambos actores es uno de los pilares de la película. La evolución de su relación, de la desconfianza inicial a una camaradería forjada en la adversidad, es el corazón emocional de la trama. El resto del reparto también cumple con creces, especialmente los actores que interpretan a los presos más experimentados y carismáticos, dotando a la prisión de una vida propia, con sus reglas, sus jerarquías y sus personajes memorables. La película no rehúye en mostrar la violencia y la miseria de las cárceles, pero lo hace con un enfoque que prioriza la experiencia humana y no la glorificación de la brutalidad.

El guion, adaptado de la novela homónima de Armando Lainez, es sólido y bien construido. La trama se desarrolla de manera orgánica, introduciendo gradualmente la idea de la amnistía y la organización de los presos. La película no se pierde en detalles excesivos o en homenajes a la historia, sino que se centra en el drama personal de sus personajes y en la lucha por la libertad. Sin embargo, la película podría haber profundizado más en la lucha política que subyace a la trama, aunque su enfoque en el microcosmos de la prisión funciona a la perfección. La tensión aumenta a medida que la amenaza de una represión aún mayor se cierne sobre los presos, y la incertidumbre es palpable hasta el final. La culminación de la trama es, para mí, un punto de inflexión que demuestra la fragilidad de la libertad y la importancia de la solidaridad. “Modelo 77” es una película que te dejará pensando mucho después de que acabe la proyección.

Nota: 8.5/10