“Mojin: The Lost Legend” es una aventura que intenta recuperar la energía y el espíritu de las películas de Indiana Jones, pero que, aunque ofrece momentos emocionantes y visualmente atractivos, finalmente se queda un poco corta en su ejecución. La película, dirigida por Ho Gyun-ho, se centra en la historia de Kim Hwi-shick y Lee Chang-ho, dos antiguos expertos en saqueo de tumbas que ahora viven una vida tranquila estafando a turistas en Nueva York. La tentadora promesa de un verdadero tesoro, ofrecida por un misterioso americano, los arrastra de nuevo a un mundo de peligro, intriga y, por supuesto, ruinas ancestrales.
El corazón de la película reside en el viaje a las ruinas de la ciudadela de Mojin, un lugar que Ho Gyun-ho, con gran mimo, construye como un laberinto de secretos y trampas mortales. La filmación, en general, es de alta calidad, empleando tomas grandiosas que enfatizan la escala de la ciudadela y la vastedad de sus pasadizos. Los efectos visuales, especialmente en las escenas de acción y los entornos en 3D, son impresionantes y contribuyen significativamente a la inmersión. Sin embargo, la sobreabundancia de CGI en algunas secciones puede restar realismo y, en ocasiones, distrae de la atmósfera de misterio que se buscaba. Se siente a veces que la película prioriza la espectacularidad sobre la autenticidad.
La dirección de Ho Gyun-ho demuestra un conocimiento palpable de la mitología y la fantasía. La creación de la ciudadela de Mojin, inspirada en leyendas coreanas, es fascinante y la película se toma su tiempo para explorar los orígenes del lugar y el origen de los peligros que acechan en su interior. No obstante, el guion, aunque inicialmente intrigante, se complica a medida que avanza. La trama se adentra en terrenos de fantasía excesivamente detallados, introduciendo conceptos y personajes que, aunque interesantes en su individualidad, no se integran plenamente en la narrativa principal. La resolución, en particular, se siente un poco apresurada y algo desvinculada de los elementos establecidos a lo largo de la película. Los diálogos, por su parte, a veces carecen de la chispa que podría haber elevado la experiencia, recurriendo a clichés de películas de acción.
Las actuaciones son sólidas. Kim Rae-kyung interpreta a la misteriosa y enigmática “Lady Moon” con una frialdad convincente, transmitiendo una mezcla de sabiduría y peligro. Lee Byung-hun, siempre un actor versátil, ofrece un buen trabajo como Lee Chang-ho, aportando al personaje un toque de humor negro y pragmatismo. Sin embargo, la dinámica entre los personajes no siempre se siente del todo natural, y algunas de las motivaciones de los personajes no se explican con la suficiente profundidad. La química entre los protagonistas podría haber sido más potente, contribuyendo a un mayor impacto emocional.
Nota: 6/10