Monolith (2023)

“Monolith” se presenta como un thriller de ciencia ficción con un núcleo de crítica social, pero en su ejecución final, logra ser una experiencia decepcionantemente olvidable. La premisa, la de una periodista en crisis profesional que se lanza a la fama gracias a un podcast, es interesante y ofrece un punto de partida sólido para explorar temas de obsesión mediática y la superficialidad de los titulares. Sin embargo, la película, dirigida principalmente por Andy Baserman, no aprovecha al máximo el potencial de su idea central.

El guion, aunque inicialmente prometedor, sucumbe a la complacencia. El desarrollo de la trama se basa en una serie de eventos que, si bien buscan generar tensión, carecen de la profundidad y el ritmo necesario para mantener al espectador realmente enganchado. Los giros argumentales son predecibles y, en ocasiones, forzados, resultando en una experiencia más expositiva que envolvente. La exploración de la conspiración alienígena, la piedra fundamental del argumento, se siente rápida y superficial, sin profundizar en las implicaciones filosóficas o emocionales que podría haber tenido. Se opta por la acción y los efectos especiales, dejando de lado la construcción de personajes y la reflexión sobre la condición humana.

El reparto, liderado por Kaitlyn Dever, ofrece algunas actuaciones sólidas. Dever, como la protagonista, Sarah, transmite la desesperación y la vulnerabilidad de una periodista al borde del colapso. Su interpretación es honesta y convincente, pero la profundidad del personaje se ve limitada por un guion que no le permite mostrar facetas más complejas. Los secundarios, en su mayoría, son poco más que figuras que sirven para avivar la trama, sin alcanzar un desarrollo significativo.

Visualmente, la película se esfuerza por crear una atmósfera de paranoia y misterio, utilizando iluminación y colorismo para generar tensión. Los efectos especiales, en general, son competentes, aunque no particularmente impresionantes. El diseño de producción, en términos de la representación de la piedra monolítica, es intrigante y se integra bien en el mundo que Baserman propone. Sin embargo, la banda sonora, a pesar de su intento de intensificar la atmósfera, a menudo resulta torpe y fuera de lugar.

En definitiva, "Monolith" es una película que se queda a medio camino. Tiene momentos de interés, gracias principalmente a la actuación de Kaitlyn Dever y un concepto original, pero su ejecución carece de la sustancia y el pulido necesarios para destacar en un género tan competitivo. Es una película que prometía mucho, pero que, al final, no cumple con las expectativas. Es un entretenimiento ligero, pero no una obra memorable.

Nota: 6/10