‘Monster’ (Monstruo), dirigida por Larry Clark, no es un melodrama gratuito ni un ejercicio de voyerismo, a pesar de su premisa impactante y la intensa conexión que establece entre la prostituta Aileen Wuornos y Selby Wall. La película, basada en hechos reales, se presenta como una profunda indagación en la vulnerabilidad humana, la desesperación y las consecuencias devastadoras de la violencia, tanto interna como externa. Clark no rehúye del horror, pero lo aborda con una crudeza y una sensibilidad que invitan a la reflexión más allá del simple impacto visual.
Charlize Theron ofrece una interpretación absolutamente magistral en el papel de Aileen Wuornos. Su actuación es un triunfo de sutileza y fuerza. No busca la espectacularidad, sino que se sumerge por completo en la psique fracturada de la protagonista. Empezamos con la desorientación, la amargura y el miedo palpable de Aileen, producto de una infancia marcada por abusos y negligencia. La evolución de su personaje, desde la vulnerabilidad extrema hasta la frialdad calculada de una asesina, se transmite con una precisión aterradora. Theron no interpreta un monstruo; interpreta a una mujer traumatizada, despojada de su humanidad y, por desgracia, consumida por la violencia.
La relación entre Aileen y Selby (Alison Pill) es el corazón palpitante de la película. La química entre ambas actrices es innegable. La película explora, sin adornos, la dinámica de poder y la dependencia emocional que se desarrolla entre estas dos mujeres que se encuentran en los márgenes de la sociedad. La búsqueda de aceptación y la necesidad desesperada de ser amada impulsan sus acciones, pero también las convierte en víctimas de sus propias circunstancias. La película no glorifica el amor, sino que lo muestra como una herramienta de supervivencia, a veces destructiva y siempre dolorosa.
El guion, adaptado de la no ficción de Ann Rule, está bien construido, aunque a veces se inclina por la narración de flashback que, a pesar de ser necesaria para comprender el pasado de Aileen, puede ralentizar el ritmo. Sin embargo, las escenas clave, como el brutal asesinato del policía David Potts, están filmadas con una maestría que impacta profundamente. La dirección de fotografía, con tonos grises y apagados, contribuye a crear una atmósfera opresiva que refleja el estado mental de la protagonista. Clark consigue transmitir no solo lo que sucede, sino también lo que se siente al vivir en la miseria y el aislamiento.
En definitiva, ‘Monster’ es una película perturbadora y desafiante que obliga al espectador a confrontar preguntas incómodas sobre la moralidad, la justicia y la naturaleza del mal. Es una experiencia cinematográfica intensa que, más allá de su temática polémico, es un estudio profundo sobre la condición humana. Una película que permanece en la memoria por la fuerza de sus imágenes y la complejidad de sus personajes.
Nota: 8/10