Monster Hunt (2015)

“Monster Hunt” (Cazador de Monstruos), dirigida por Gareth Edwards, no es precisamente una película que espera ser olvidada, y mucho menos que compita por premios. Su peculiar propuesta, combinando la mitología tradicional china con elementos del cine de acción y terror, resulta una experiencia visualmente estimulante y, a pesar de sus defectos, sorprendentemente entretenida. Edwards, conocido por su trabajo en “Lobo Grey a la Luna” y “Rogue One: Una Guerra Estelar”, demuestra una habilidad notable para crear atmósferas tensas y, aunque la trama no sea la más profunda, el espectáculo visual compensa en gran medida lo que le falta en sofisticación narrativa.

El guion, aunque inicialmente algo predecible, se beneficia de un ritmo que se mantiene constante, alternando momentos de acción frenética con escenas de contemplación que exploran las tensiones entre los monstruos y la humanidad. El desarrollo del personaje de Lin, interpretado por Xu Yiyi, es uno de los puntos fuertes de la película. Su evolución desde una joven desinteresada hasta una guerrera decidida y feroz es convincente y ofrece un contrapunto interesante a la trama principal. Aun así, la construcción de la antagonía, representada por el jefe de los cazadores de monstruos, se siente a veces superficial y carece del peso dramático que podría haberle otorgado mayor impacto.

La dirección de Edwards es, sin duda, la pieza clave de la película. La utilización de la fotografía es exquisita, con una paleta de colores vibrantes y escenarios exuberantes que evocan la belleza de la naturaleza china. La coreografía de las escenas de lucha es espectacular, combinando efectos prácticos con efectos especiales de manera efectiva, y logra un equilibrio entre el realismo y lo fantástico. El diseño de los monstruos es, en su mayoría, impecable. Cada criatura, desde las serpientes gigantes hasta los caracoles con mandíbulas, está ricamente detallada y presenta un diseño original que no se limita a clichés del género. Sin embargo, es importante reconocer que algunos de los efectos visuales, especialmente en las escenas más grandiosas, no alcanzan la perfección y pueden resultar ligeramente forzados.

Las actuaciones son sólidas. Xu Yiyi brilla como Lin, transmitiendo tanto la vulnerabilidad como la fuerza de su personaje. El protagonista, el hijo de la realeza, es interpretado con una amabilidad y una ingenuidad que le dan un toque de humanidad. La presencia del veterano espadachín, interpretado por Andy On, aporta un aire de experiencia y sabiduría, aunque su personaje no se desarrolle plenamente. La química entre los personajes es efectiva y contribuye a crear un ambiente de camaradería y confianza.

En definitiva, “Monster Hunt” es un espectáculo visualmente impresionante que ofrece una experiencia de acción y fantasía entretenida. No es una obra maestra cinematográfica, pero cumple con su cometido de ofrecer un entretenimiento de calidad y explorar una mitología fascinante. Su valor radica en su originalidad, su diseño de monstruos y su capacidad para combinar lo épico con lo accesible. Es una película que se disfruta más por su atmósfera y su espectacularidad que por su profundidad narrativa.

Nota: 6.5/10