Mud (2013)

“Mud” (Barro), la película de Mark Waters, es una entrega sorprendentemente conmovedora que, aunque a primera vista puede parecer una aventura juvenil, se revela como un estudio profundo sobre la inocencia perdida, la lealtad y el peso del pasado. La película, ambientada en la humedad y el paisaje salvaje del Mississippi, no se presenta como un thriller de persecución, sino como una historia de conexión humana en un contexto rural y decadente. La premisa – un joven, Matthew, que ayuda a un fugitivo, Ellis “Mud” Banks, a reunirse con su amada Juniper – es sencilla, pero sirve como catalizador para una exploración mucho más compleja de la moralidad y la responsabilidad.

La dirección de Waters logra un ambiente visualmente rico y evocador. El Mississippi, con su niebla perpetua, sus ríos caudalosos y sus casas deterioradas, se convierte en un personaje más. La cinematografía de Jeffrey Slombaum captura la belleza agreste del paisaje y utiliza la luz y la sombra para generar una atmósfera de misterio e inquietud. La película se beneficia de una paleta de colores apagados, reforzando la sensación de aislamiento y melancolía. Hay una belleza cruda y sin artificios en la manera en que Waters retrata la vida en una comunidad marginada, lejos de las luces y el glamour de la ciudad.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. El joven Matthew, interpretado por Xavier Dolan, ofrece una interpretación absolutamente convincente como un chico de 17 años que se ve obligado a tomar decisiones que lo sacarán de su infancia. Dolan transmite una vulnerabilidad y un matiz emocional que superan con creces su edad. El veterano Sam Winchester, en el papel de Mud, aporta una intensidad palpable a su personaje, un hombre consumido por el remordimiento y la fugacidad de la vida. La química entre Dolan y Winchester es innegable y fundamental para el éxito emocional de la película. El personaje de Juniper, interpretado por Mireille Davidson, aporta una elegancia y una fuerza silenciosa, complementando el arco emocional de los protagonistas masculinos. Es un personaje que, a pesar de su discreción, se erige como un punto de anclaje y esperanza.

El guion, aunque lento en algunos momentos, es el elemento más sobresaliente de la película. Evita los clichés del género de acción y se centra en el desarrollo de los personajes y en la exploración de sus motivaciones. La trama no se basa en la acción explosiva, sino en la construcción gradual de la relación entre Matthew y Mud, y en el lento desmoronamiento de la inocencia de ambos. El guion plantea preguntas difíciles sobre la lealtad, el perdón y el precio de la justicia, sin ofrecer respuestas fáciles. La película no rehuye la ambigüedad moral, mostrando que incluso las acciones más nobles pueden tener consecuencias devastadoras. La historia no busca un final feliz convencional; en cambio, se centra en el impacto duradero de los eventos en la vida de los personajes.

Nota: 7/10