Mujeres del siglo XX (2016)

“Mujeres del Siglo XX” es una película que, sorprendentemente, no busca grandilocuencias ni resoluciones fáciles. Mike Mills, conocido por su sensibilidad y un estilo narrativo que suele ser delicadamente contemplativo, entrega aquí una obra que se presenta como un ejercicio de observación, un retrato de un verano específico en California de 1979, pero que, al hacerlo, logra abarcar algo mucho más profundo: la búsqueda de la identidad femenina y la fragilidad de las relaciones. La película no es una historia que se cuenta en un sentido lineal; más bien, es un conjunto de momentos interconectados que se revelan gradualmente, obligando al espectador a participar activamente en la construcción de significado.

La dirección de Mills es magistral en su enfoque. Evita el melodrama evidente y se centra en la atmósfera, en la luz, en los pequeños detalles que construyen el mundo en el que viven las tres protagonistas. El verano de 1979 se siente palpable; la música, el vestuario, el paisaje… todo contribuye a crear un ambiente de libertad y búsqueda que también, en cierto modo, define a las mujeres de la película. Mills no busca juzgar, sino presentar. Se permite que los personajes cometan errores, que tomen decisiones difíciles y que muestren sus vulnerabilidades, sin imponer una moralizante. Esta actitud de respeto hacia las decisiones y motivaciones de los personajes es uno de los aspectos más atractivos de la película.

El elenco es excepcionalmente fuerte. Elisabeth Moss, en particular, ofrece una actuación sutil pero impactante como una mujer en crisis, desilusionada y buscando respuestas. La química entre las tres actrices – Elisabeth Moss, Kate Lyn Sheperd y Regina Hall – es genuina y se traduce en conversaciones y dinámicas que son la columna vertebral de la película. Las interpretaciones son creíbles y permiten al espectador conectar emocionalmente con sus conflictos y aspiraciones. No son heroínas perfectas, son mujeres reales, imperfectas, y es precisamente esa humanidad lo que las hace tan convincentes.

El guion, coescrito por Mills y nat Gonul, es elegante y evita los clichés del género. La historia se centra en la relación entre las tres mujeres, pero también explora temas como la maternidad, el divorcio, la soledad y la búsqueda del amor. La narrativa es fragmentada, con flashbacks que sirven para revelar detalles sobre el pasado de los personajes, pero nunca de manera que interrumpa el flujo de la historia. La película sugiere más de lo que dice, dejando que el espectador complete los espacios en blanco y reflexione sobre sus propias experiencias. Es una película que se queda contigo después de que termina, invitándote a seguir pensando en las conexiones que nos unen y en la complejidad de la vida.

En definitiva, “Mujeres del Siglo XX” es una joya cinematográfica, una película que celebra la vida, la amistad y la búsqueda de la felicidad en un momento crucial de la historia. Es una película contemplativa, íntima y profundamente humana.

Nota: 8.5/10