Mula (2018)

“Mula” (Mudbound) es una película que se instala en la memoria con una intensidad y una honestidad que rara vez se encuentran en el cine contemporáneo. El trabajo de Maryanne Wells (Carey Mulligan) y Jason Mitchell, la dirección, es notablemente sutil pero tremendamente efectivo, logrando una atmósfera palpable de tensión y desasosiego que se aferra al espectador desde el primer minuto. No es una película que busque grandes espectáculos visuales, ni efectos especiales llamativos; su fuerza reside en la humanidad cruda y en la complejidad de las relaciones humanas descritas. La fotografía de Veejay Reddy es, en esencia, un personaje más, capturando la opulencia de las plantaciones del sur de Estados Unidos con una luz que oscila entre la belleza melancólica y la dureza implacable.

La película se centra en dos familias, las de la granja de Henry y Lucinda (la esposa y el padre de Jason), y la de los Mitchell, ambos con la dura realidad de ser afroamericanos trabajando en las plantaciones del sur en la década de 1930. El guion, adaptado de la novela homónima de Hillary Mantel, explora las consecuencias del racismo sistémico y las barreras sociales, no solo a nivel individual, sino también dentro de las propias familias. Lo que hace que “Mula” sea realmente excepcional es la manera en que la película trata la guerra. No se centra en batallas épicas o en héroes individuales, sino que muestra la experiencia traumática de la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos de dos hombres, Henry y Jasper (Mark Rylance), que sirven juntos en el frente. La película insiste en el hecho de que la guerra no solo afecta a los soldados, sino que también deja cicatrices profundas en aquellos que los esperan en casa.

Las actuaciones son, sencillamente, magistrales. Mark Rylance, en particular, ofrece una interpretación monumental como Jasper, un hombre atormentado por su pasado y que lucha por encontrar un lugar en el mundo. Su performance es sutil, pero absolutamente convincente. Carey Mulligan ofrece una interpretación igualmente poderosa como Maryanne, una mujer que se siente atrapada entre la necesidad de proteger a su familia y su anhelo de encontrar un lugar en el que pertenecer. La química entre Mulligan y Rylance es palpable, capturando la complejidad y la fragilidad de su relación. La película no rehúye de las escenas difíciles, mostrando la violencia y la miseria de la época con una honestidad brutal, pero sin caer en el sensacionalismo.

La película no intenta ofrecer soluciones fáciles ni moralizar sobre el pasado. “Mula” es un retrato realista y devastador de la desigualdad racial y las consecuencias del trauma. No es una experiencia fácil de ver, pero es una experiencia profundamente significativa que invita a la reflexión. La película se atreve a mostrar la amargura y la desesperación de la época, pero también la resiliencia y la esperanza de los personajes. Es una película que, a pesar de su temática oscura, celebra la capacidad del espíritu humano para perseverar ante la adversidad. Es, en definitiva, un testimonio conmovedor de la historia americana y una obra de arte cinematográfica que permanecerá en la memoria.

Nota: 8.5/10