Mulán (2020)

La reciente adaptación de Disney de ‘Mulán’ es, sin duda, una película que ha generado debate, y por un buen motivo. Si bien la premisa - una joven decidida a salvar a su padre y a su dinastía enfrentando las expectativas sociales y militares de la época - es inherentemente atractiva, la película se enfrenta a una considerable presión: honrar la leyenda y, al mismo tiempo, ofrecer una experiencia cinematográfica moderna y satisfactoria. La película logra, en gran medida, alcanzar este delicado equilibrio, aunque con algunas caídas y algunos altibajos que dificultan la consolidación de una experiencia verdaderamente impecable.

La dirección de Niki Chandogka, combinando influencias artísticas chinas con la estética habitual de Disney, resulta a menudo encantadora, aunque a veces se siente un poco forzada. La visualización de la antigua China es espléndica, con paisajes deslumbrantes y elaborados vestuarios que transportan al espectador al mundo de la película. Sin embargo, la película no siempre logra capturar la esencia de la cultura china, a veces recurriendo a clichés y estereotipos que, aunque bellos, no son precisamente profundos. La coreografía de las escenas de lucha, particularmente, se siente un tanto artificial, priorizando el espectáculo por encima de la fluidez y la autenticidad.

El núcleo de la película reside en la interpretación de Gong Li en el papel de Mulan. Su actuación es, sin duda, el punto fuerte de la película. Li transmite con una notable intensidad la determinación, el miedo y la vulnerabilidad de Mulan, mostrándonos una joven que lucha contra sus propias limitaciones internas y contra las presiones externas. Las escenas donde Mulan se debate entre su identidad femenina y la necesidad de adaptarse a un rol masculino son particularmente conmovedoras. La química entre Li y Jet Li, quien interpreta el general Shang, es palpable y contribuye significativamente al desarrollo emocional de la historia. El resto del elenco secundario ofrece interpretaciones sólidas, aunque algunos personajes no llegan a desarrollarse completamente.

El guion, escrito en gran medida por Glenn Howard y Cristina Lange, es el aspecto que más ha sido criticado. Si bien la premisa es sólida, el desarrollo de la trama a veces se siente apresurado y, en ocasiones, carente de la profundidad necesaria para explorar completamente las complejidades del personaje de Mulan y la situación política de la dinastía Song. La película se centra demasiado en la acción y el melodrama, dejando de lado ciertos matices que podrían haber enriquecido la historia. El romance, aunque presente, se siente superficial y no se integra plenamente en la narrativa. La película podría haber explorado con mayor profundidad los temas de la identidad, el deber y la autodescripción.

A pesar de sus fallos, ‘Mulán’ es una película visualmente impresionante y con una interpretación destacada de Gong Li. Aunque el guion podría haber sido más audaz y profundo, la película ofrece un mensaje positivo sobre la perseverancia, la valentía y la importancia de ser fiel a uno mismo. Es una historia que, si bien no alcanza la perfección, es definitivamente recomendable para disfrutar en familia.

Nota: 7/10