Mullewapp - Eine schöne Schweinerei (2016)

“Mullewapp - Eine schöne Schweinerei” es, en su esencia, una comedia que juega con la tradición del “road movie” rural alemán, pero con un giro sorprendente y un núcleo de absurdo que le otorga una personalidad inconfundible. El film, dirigido con una naturalidad contagiosa por Markus Dreyses, no se toma la propia comedia demasiado en serio, abrazando la tontería con una vitalidad que es, a mi parecer, la clave de su éxito. La película funciona por la combinación de un escenario – la idílica y aparentemente tranquila región de Emsland – y una premisa tan simple como la ambición de un grupo de amigos por recuperar su tarta de fresas robada. Esta sencilla trama sirve de catalizador para una serie de desventuras que se desenvuelven con un ritmo constante y una abundancia de situaciones cómicas.

El elenco, de los cuales Christian Ulmen aporta la energía desbordante característica de su personaje, es, sin duda, uno de los mayores activos de la película. Michael Kessler y Carolin Kebekus complementan a Ulmen con actuaciones sólidas y llenas de matices, y aunque Johnny Mauser y Franz von Hahn tengan papeles más secundarios, su presencia es fundamental para el dinamismo del grupo. Pero es Axel Prahl, como el implacable y truculento Horst, quien se lleva la palma. Prahl, con su voz grave y su expresión de superioridad, logra crear un antagonista memorable y completamente caricaturesco, pero sorprendentemente efectivo. Su Horst no es simplemente malvado por ser malo; es un producto de su propio egocentrismo y obsesión por la calidad de la tarta. Ulmen, en particular, se deleita en su papel de “héroe” frustrado, creando momentos cómicos genuinos basados en la exasperación y el deseo de venganza.

El guion, a pesar de su aparente simplicidad, demuestra una gran habilidad para construir la tensión y mantener al espectador enganchado. La premisa de la búsqueda de la tarta se convierte rápidamente en una aventura en bicicleta llena de obstáculos y complicaciones. No obstante, el guion evita caer en la repetición y se centra en el desarrollo de personajes y situaciones sorprendentes. La película utiliza con maestría el humor físico y verbal, combinando el absurdo con la acción, y logra crear un mundo imaginario creíble y divertido. La dirección también contribuye a esta atmósfera, utilizando planos abiertos que capturan la belleza del paisaje alemán y enfatizando las expresiones faciales de los actores. La película no se limita al humor visual; también hay un buen uso del diálogo, con secuencias cómicas que se construyen a partir del intercambio de palabras entre los personajes.

A pesar de la comedia, “Mullewapp” no carece de momentos de ternura y conexión emocional. Se trata, en última instancia, de una historia sobre la amistad y la importancia de defender aquello en lo que se cree. La película, a menudo subestimada, ofrece una experiencia cinematográfica agradable y refrescante, llena de espontaneidad y optimismo. Es un ejemplo perfecto de cómo la comedia, cuando se ejecuta con inteligencia y sensibilidad, puede ser una poderosa herramienta narrativa.

Nota: 8/10