Muñeco diabólico (2019)

“Muñeco diabólico” (Child’s Play) es un clásico del terror que, reeditado y re-interpretado en múltiples ocasiones, continúa siendo un ejercicio perturbador de la forma en que el miedo a lo mundano puede ser mucho más inquietante que lo sobrenatural. Esta versión, estrenada en 2019, no intenta reinventar la rueda, sino que se aferra con firmeza a la premisa original: un muñeco aparentemente inocuo, un regalo de cumpleaños, y una escalada lenta pero implacable hacia la locura y el horror. La película, lejos de buscar efectos especiales bombásticos, se centra en la atmósfera, en el suspense psicológico y en las consecuencias devastadoras de la vulnerabilidad de una madre y el impacto del miedo.

La dirección de Michael Dougherty es sólida, aunque a veces se permite un cierto excesivo melodrama que rompe con la tensión que se había logrado. Sin embargo, el manejo de la cámara y la composición de los planos son efectivos para generar una sensación de claustrofobia, especialmente en las escenas dentro de la casa. El uso de la luz y la sombra, la repetición de ciertos elementos visuales, como el muñeco en el espejo, contribuyen a la construcción de un ambiente opresivo y casi hipnótico. El uso de la música, aunque no es particularmente innovadora, es adecuada para subrayar los momentos de tensión y la creciente desesperación de Karen.

La actuación de Aubrey Plaza como Karen es, sin duda, el corazón de la película. Plaza ofrece una interpretación magistralmente sutil, transmitiendo a través de sus gestos, su mirada y su voz, una mezcla de fragilidad, frustración, desesperación y, finalmente, un terror primario. Es una madre que está al borde del colapso, lidiando con problemas económicos, dificultades en su trabajo y la creciente paranoia que la consume. Plaza logra que el espectador se identifique profundamente con su personaje, sintiendo su vulnerabilidad y su miedo. La química entre Plaza y Brandon Clark, quien interpreta a Andy, es palpable y realista, lo que aumenta la verosimilitud de la historia.

El guion, aunque no es una obra maestra de la narrativa, se beneficia de un ritmo pausado que permite construir la tensión gradualmente. No hay saltos de trama repentinos ni sorpresas innecesarias. La película se concentra en la exploración psicológica de Karen, mostrando cómo el miedo a la pérdida, a la soledad y a la incapacidad para proteger a su hijo la lleva a cuestionar su propia cordura. La amenaza del muñeco, aunque presente constantemente, es un catalizador para su descenso a la locura, en lugar de ser el centro de la trama. El diálogo, en general, es directo y funcional, evitando la grandilocuencia y las explicaciones excesivas. Sin embargo, a veces se permite un cierto excesivo uso del monólogo interior de Karen, lo que puede resultar algo repetitivo y artificial.

En definitiva, "Muñeco diabólico" (2019) es una película que, a pesar de sus defectos, consigue recrear la atmósfera inquietante y perturbadora de la original. Es un ejercicio de terror psicológico que se centra en la vulnerabilidad humana y en los efectos devastadores del miedo. La actuación de Aubrey Plaza es excepcional y la película, a pesar de algunos momentos exagerados, es una recomendable re-interpretación de un clásico del terror.

Nota: 7/10