“Muslim.357” es, ante todo, una película que busca evocar la atmósfera opresiva y la corrupción intrincada que acechan bajo la superficie de Manila. Dirigida por Fernando Poe Jr., la cinta no se presenta como un thriller convencional, sino como una exploración sombría de la moralidad ambigua y las consecuencias de un compromiso con la ley en un contexto donde la justicia es un bien escaso. Poe Jr., conocido por su estilo directo y su inclinación por temas sociales, logra crear un ambiente de tensión palpable desde los primeros minutos, utilizando la luz y la sombra de la ciudad para simbolizar la dualidad de la historia.
La película se centra en el teniente Jamal, interpretado con una intensidad sutil y convincente por Fernando Poe Jr. Su personaje, un policía musulmán infiltrado en un sindicato criminal, es complejo y contradictorio. No es un héroe idealizado; es un hombre con sus propias dudas y conflictos internos, forzado a tomar decisiones difíciles que ponen a prueba su fe y su lealtad. La actuación de Poe Jr. es fundamental para el éxito de la película, transmitiendo la angustia y el miedo que siente Jamal, un personaje atrapado entre dos mundos opuestos. La complementación con Eddie Garcia, quien interpreta al ambiguo y poderoso Mayor de la Policía, añade una capa de intriga y complejidad al conflicto.
La dirección de Poe Jr. se distingue por su enfoque realista y su minimalismo estilístico. Evita las explosiones grandilocuentes típicas del género, prefiriendo un ritmo pausado que se concentra en la construcción del suspense y el desarrollo de los personajes. El guion, aunque en ocasiones resulta algo predecible en cuanto a la trama principal, logra capturar la esencia de la vida en Manila, mostrando la desigualdad social, la impunidad y la omnipresencia de la violencia. La tensión no se genera por momentos de acción espectaculares, sino por la incertidumbre sobre el futuro de Jamal y por el constante juego de engaños y traiciones que rodean al personaje.
La película no ofrece soluciones fáciles ni finales espectaculares. Su fuerza radica en su capacidad para sumergir al espectador en la realidad de Manila, un lugar donde la ley y el crimen se entrelazan de manera inextricable. “Muslim.357” es una reflexión sobre la identidad, la fe y la lucha por la supervivencia en un entorno corrupto. Aunque no sea una obra maestra cinematográfica, es un thriller de acción inteligente y con un trasfondo social relevante, que ofrece una perspectiva interesante sobre la realidad filipina. La banda sonora, en consonancia con el tono general, refuerza la atmósfera de inquietud y desesperación. Es una película que permanece en la mente mucho después de que terminan los créditos.
Nota: 7/10