Mutant World (2014)

“Mutant World” (1992) es una película que, a primera vista, parece un cliché del género post-apocalíptico, una amalgama de elementos de “La Edad de Hielo” y “La Bestia”. Sin embargo, bajo esa apariencia inicial reside una producción sorprendentemente sólida y, en ciertos aspectos, inquietantemente efectiva. La película se sitúa en un futuro devastado tras el impacto de un meteorito que ha transformado el paisaje y a sus habitantes, convirtiendo lo conocido en algo profundamente perturbador. La premisa de un grupo de supervivientes, liderados por el taciturno Jim (Kevin Sorbo), buscando refugio en una remota comunidad, es inmediatamente cautivadora.

La dirección de Matthew Paner es, en general, competente, si bien carente de una voz distintiva. Se centra en establecer la atmósfera de opresión y desesperación con una fotografía decente, aunque algo descolorida, que captura la desolación del entorno. El uso de la cámara a menudo favorece planos amplios que subrayan la inmensidad y el peligro de la tierra, lo que contribuye a la sensación de aislamiento y vulnerabilidad. Sin embargo, la película no se atreve a experimentar demasiado con la forma, y el ritmo es, en ocasiones, pausado hasta el punto de la lentitud, lo cual puede resultar tedioso para algunos espectadores. No obstante, esta deliberada lentitud sirve para construir la tensión de una forma más orgánica, permitiendo que la desesperación de los personajes se filtre lentamente en la narrativa.

Las actuaciones son, en gran medida, sólidas. Kevin Sorbo ofrece una interpretación convincente como Jim, un hombre endurecido por la experiencia y marcado por el dolor. Su personaje es el eje central de la película, y Sorbo logra transmitir la complejidad de su carácter: su cautela, su preocupación por su sobrino, y un subtexto de trauma que se revela gradualmente. El resto del reparto, compuesto en su mayoría por actores desconocidos en ese momento, aporta credibilidad a los roles secundarios. La química entre Jim y su sobrino, Mark (Chad Michael Murray), es particularmente notoria y proporciona algunos momentos de genuino calóricamente. Aunque los efectos especiales de la época son evidentes y, a veces, un poco exagerados, la amenaza de los mutantes, liderados por una criatura grotesca y amenazante, se siente con una crudeza que supera la tecnología de la época.

El guion, escrito por Stephen Franzblau, es donde la película realmente cae en sus pies. Si bien la trama es predecible – un grupo de supervivientes enfrentándose a peligros inminentes – incorpora elementos de supervivencia, de conflicto interno y de misterio que mantienen la atención del espectador. Sin embargo, el guion carece de originalidad y a menudo recurre a clichés del género, presentando diálogos que a veces se sienten forzados. No obstante, la película aborda temas como el trauma, la pérdida y la adaptación a un mundo hostil, lo que le otorga una dimensión más allá de la simple acción de supervivencia. El ritmo lento, que puede ser una debilidad, también se convierte en una fortaleza, permitiendo que el espectador se involucre emocionalmente con los personajes y su lucha por la supervivencia.

Nota: 6/10