Muumit Rivieralla (2014)

“Muumit Rivieralla” es una película que, en lugar de perseguir la grandilocuencia y la espectacularidad, se aferra a lo esencial: la calidez de la familia, la inocencia infantil y un viaje que, aunque aparentemente sencillo, se convierte en una metáfora sobre la fragilidad de los lazos afectivos. La dirección de Daniel Kertéges es notablemente sutil, evitando caer en clichés y priorizando la atmósfera, creando un ambiente inquietante pero no excesivamente aterrador, que se asemeja a un sueño febril y ligeramente desorientador.

La película se centra en la familia Moomin, liderada por Kris Gummerus, un personaje que, con su actitud pragmática pero con una inesperada vulnerabilidad, actúa como el ancla emocional del grupo. El resto de la familia, incluyendo a la siempre inquieta Little My, la curiosa Snorkmaiden y los niños traviesos, se complementan a la perfección, aportando individualidades que enriquecen la dinámica familiar. Pero es la interacción entre estos personajes la que realmente brilla. La película captura con maestría la esencia de la vida familiar, con sus discusiones, sus silencios incómodos y sus momentos de genuina conexión. No se trata de una familia perfecta, sino de una familia que lucha, que se equivoca, pero que siempre se apoya mutuamente.

Las actuaciones son sobresalientes, especialmente las de Mats Långbacka y Alma Pöysti, quienes dan vida a dos niños con una vitalidad contagiosa y una profunda comprensión de sus personajes. La química entre ellos, y con los demás miembros de la familia, es palpablemente auténtica. Maria Sid aporta una elegancia y profundidad a su interpretación, transmitiendo la incertidumbre y la necesidad de proteger a su familia. La película permite a los actores explorar la complejidad de las emociones humanas, incluso en un contexto tan peculiar como el de los Moomins.

El guion, adaptado de la novela homónima de Astrid Lindgren, es sensible y evocador. La historia de Riviera, esa isla desolada y enigmática, funciona como un catalizador para explorar las tensiones y los deseos de la familia. La película no se limita a contar una trama lineal, sino que se permite divagar, revelando fragmentos de recuerdos y sueños. Este enfoque narrativo, aunque a veces puede resultar un poco lento, recompensa al espectador con una reflexión profunda sobre la importancia de la memoria y la identidad. La película logra, en última instancia, transmitir un mensaje de esperanza: que incluso en los momentos más oscuros, la unión familiar puede ser la fuerza más poderosa.

En definitiva, “Muumit Rivieralla” es una película cálida, conmovedora y visualmente atractiva. Es una historia sobre la familia, la amistad y la búsqueda de la felicidad. Una película para disfrutar en compañía de los seres queridos, y que seguramente resonará en aquellos que valoran la importancia de los lazos afectivos.

Nota: 8/10