
My Fair Lady (Mi bella dama) (1964)
(EN) · Música, Comedia, Romance, Drama · 2h 50m
¡Más preciosa que nunca!

Dónde ver My Fair Lady (Mi bella dama)
Actualmente no se encuentra disponible para ver en plataformas de streaming en España.
Sinopsis
Versión cinematográfica del mito de Pigmalión, inspirada en la obra teatral homónima del escritor irlandés G.B. Shaw. En una lluviosa noche de 1912, el excéntrico y snob lingüista Henry Higgins conoce a Eliza Doolittle, una harapienta y ordinaria vendedora de violetas. El vulgar lenguaje de la florista despierta tanto su interés que hace una arriesgada apuesta con su amigo, el coronel Pickering: se compromete a enseñarle a hablar correctamente el inglés y a hacerla pasar por una dama de la alta sociedad en un plazo de seis meses.
Ficha técnica
My Fair Lady
EN
James C. Katz, Jack L. Warner
Reparto principal de My Fair Lady (Mi bella dama)
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en My Fair Lady (Mi bella dama).
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de My Fair Lady (Mi bella dama)
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
¡My Fair Lady (Mi bella dama), una versión cinematográfica magistral del clásico teatral de G.B. Shaw, ofrece un espectáculo inolvidable que combina la brillantez y el engino de su guion con las magníficas interpretaciones de sus actores! En esta película, dirigida por George Cukor en 1964, se narra la historia de Henry Higgins, un lingüista excéntrico y snob, que encuentra a Eliza Doolittle, una vendedora de violetas vulgar, y se propone enseñarle a hablar correctamente el inglés para convertirla en una dama de la alta sociedad.
La trama de My Fair Lady es un clásico de la literatura cinematográfica, pero es su magnífica dirección, guion y actuaciones las que hacen que esta película sea una joya imprescindible en el mundo del cine. La dirección de George Cukor es sutil y maestra, consiguiendo crear un ambiente lleno de tensión y emociones para cada escena. La cámara se mueve con facilidad por las calles de Londres, capturando los matices del ambiente y del clima que rodean a los personajes. El guion, adaptado por Alan Jay Lerner y basado en la obra original de Shaw, es brillante y divertido, ofreciendo una crítica social de la época con un toque de humor que hace que la película sea atractiva para todo tipo de público.
En cuanto a las actuaciones, Rex Harrison como Henry Higgins y Audrey Hepburn como Eliza Doolittle son simpatéticos y convincentes en sus roles. Harrison consigue hacer creer al espectador que su personaje es un snob arrogante que cree en la superioridad de la clase alta, mientras que Hepburn muestra una fuerza interior que hace que Eliza sea una protagonista intrigante y admirable. Además, el reparto secundario está formado por actores de la talla de Stanley Holloway y Wilfrid Hyde-White, que aportan humor y calidez a las escenas en las que intervienen.
La música de Frederick Loewe también es una gran fortaleza de My Fair Lady. Las canciones son divertidas y memorables, además de ser parte integral de la historia y del desarrollo de los personajes. La canción más famosa de la película, "Wouldn't It Be Loverly", es una joya que nunca se olvidará de oír.
En resumen, My Fair Lady (Mi bella dama) es una película imprescindible en cualquier colección cinematográfica. Es una obra maestra del cine musical con una trama fascinante, guion brillante y actuaciones convincentes que hacen que la película sea emocionante y divertida para todo tipo de público. No puedes perderte esta joya clásica!
Críticas de la película
Opiniones reales de usuarios que han visto My Fair Lady (Mi bella dama). Consulta sus valoraciones y comentarios.
“Mi bella dama” (My Fair Lady) es una joya cinematográfica que, a pesar de sus años, sigue manteniendo una frescura y una resonancia emocional que pocas comedias musicales logran. Adaptación de la obra teatral homónima de George Bernard Shaw, la película de Lerner y Loewe no solo cumple con la esencia del relato original, sino que la amplifica y la adorna con una sensibilidad que cautiva desde la primera nota musical. La película, estrenada en 1964, no es solo un espectáculo visualmente deslumbrante, sino también una reflexión profunda sobre la clase social, la identidad y la transformación personal.
La dirección de George Cukor es magistral. Cukor, con su habitual atención al detalle y su sutil manejo de la cámara, consigue capturar la atmósfera londinense de principios del siglo XX con una precisión admirable. Evita la grandilocuencia típica de muchas comedias musicales y opta por un enfoque más realista y naturalista, aunque sin perder el encanto y la musicalidad. La lluvia perenne de Londres, la vida humilde de los barrios bajos, la opulencia de la alta sociedad: todo está representado con un realismo que refuerza el impacto emocional de la historia. Cukor domina el ritmo de la película, permitiendo que la relación entre Higgins y Eliza se desarrolle de forma orgánica, a veces tensa, a veces divertida, siempre llena de matices.
Las actuaciones son excepcionales en todos los niveles. Rex Harrison, en el papel de Henry Higgins, ofrece una interpretación icónica. Su Higgins es un personaje brillante, arrogante, egocéntrico, pero también vulnerable y con una mezcla de condescendencia y (quizás inconscientemente) de afecto por Eliza. Harrison logra transmitir la complejidad de este personaje, evitando caer en la caricatura. Audrey Hepburn, por su parte, es simplemente deslumbrante como Eliza Doolittle. Su transformación, desde la vendedora de violetas a la dama refinada, es convincente y conmovedora. Hepburn no solo interpreta, sino que *vive* la historia. Su mirada, sus gestos, sus emociones son palpables. La química entre Harrison y Hepburn es innegable, impulsando la narrativa y haciéndonos creer en su evolución. El resto del reparto, incluyendo a Wilfred Lawson, proporciona un buen soporte.
El guion, basado en la obra de Shaw, es inteligente y provocador. La película no solo se centra en la transformación lingüística de Eliza, sino que explora temas más amplios como la diferencia entre el habla “correcto” y el “vulgar”, la idea de la identidad como algo aprendido y la importancia de la educación. Shaw, a través de su diálogo, critica sutilmente las estructuras sociales de la época. La película, aunque cómica, no rehúye de abordar la situación de desigualdad y la falta de oportunidades para las mujeres. La tensión entre Higgins y Pickering, su relación paternalista y sus intentos de imponer sus ideas, añaden una capa de complejidad a la trama. El final, aunque dulce, no es perfecto y deja al espectador con una sensación de ambigüedad que invita a la reflexión.
En definitiva, “Mi bella dama” es una película inigualable, un clásico del cine musical que sigue siendo relevante hoy en día. Es un triunfo de la dirección, las actuaciones y el guion, una historia sobre el poder de la educación, la transformación personal y la búsqueda de la identidad. Una joya atemporal que merece ser vista y disfrutada.
Nota: 9/10
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