My Little Pony: La película (2017)

“My Little Pony: La Película” es, sorprendentemente, un ejercicio de optimismo infantil que logra trascender la sencilla premisa de una película animada destinada a un público muy específico. Llevar a un crítico de cine profesional a analizar a fondo una película que, en primera instancia, parece un proyecto de entretenimiento comercial es un reto, pero la película demuestra una cierta elegancia en su construcción narrativa y, sobre todo, en el manejo de su tono. La historia, que gira en torno a la amenaza que se cierne sobre Ponyville, se desarrolla con una curiosa mezcla de la fantasía más inocente y elementos de aventura que, aunque no revolucionarios, resultan suficientes para mantener el interés del espectador, incluso aquellos que no se sienten atraídos por el universo de My Little Pony.

La dirección de Jim Foster y Angie Watts es notablemente segura. Evitan caer en los clichés habituales del género, optando por una estética visualmente rica y detallada. Los fondos animados, en particular, son impresionantes, llenos de color y texturas que transmiten la magia de Equestria. El ritmo de la película, aunque a veces un tanto pausado, permite que los personajes desarrollen sus arcos de manera más completa de lo que suele ocurrir en este tipo de producciones. Se presta especial atención a los momentos de carácter emocional, dotándolos de una naturalidad que, de nuevo, sorprende dado el género. La banda sonora, también, es fundamental para crear la atmósfera adecuada, complementando la acción con melodías alegres y emotivas.

En cuanto a las actuaciones de los personajes animados, podemos apreciar un trabajo considerable. La voz de Twilight Sparkle, interpretada por Kristen Chirico, aporta un contrapunto perfecto al carácter inicial de la protagonista, mostrando su evolución hacia un personaje más reflexivo y valiente. La dinámica entre los miembros del Mane 6 es convincente, con momentos de complicidad, rivalidad y, sobre todo, un profundo sentido de amistad. Sin embargo, algunas de las secundarias, como el personaje de Starlight Glide, se sienten un tanto caricaturescas y carentes de profundidad. A pesar de esto, la película logra mantener el interés del espectador gracias a la química entre los protagonistas.

El guion, escrito por Michael Arndt, es quizás el aspecto más sólido de la película. Aunque la trama principal es predecible, la película introduce conceptos interesantes, como la importancia del autoconocimiento y la aceptación de las imperfecciones. El mensaje subyacente, que celebra la amistad y la diversidad, es simple pero efectivo. Se evita la excesiva moralización, permitiendo que el espectador llegue a sus propias conclusiones. La incorporación de elementos de la mitología de My Little Pony, aunque extensa, se integra a la perfección en la narrativa, enriqueciendo el mundo de Equestria.

En definitiva, “My Little Pony: La Película” es mucho más de lo que aparenta. Es una película familiar que ofrece entretenimiento, magia y un mensaje positivo, con una dirección visualmente atractiva y un guion bien construido. Si bien no es una obra maestra del cine, cumple con su cometido y podría sorprender a aquellos que se toman la molestia de entrar en este universo deponiélico. No es para todos los gustos, pero sí para aquellos que buscan una experiencia de cine ligera y optimista.

Nota: 7/10