Myra Breckinridge (1970)

‘Myra Breckinridge’ (1970) de terry Gilliam es, en esencia, una bomba satírica desatada en el contexto de la contracultura de los años 70, una película tan audaz y provocadora que sigue impactando y dividiendo opiniones hoy en día. No es una película fácil de digerir, ni tampoco pretende serlo; Gilliam, con su visión radical y su amor por lo grotesco, nos lanza directamente a un torbellino de personajes excéntricos, situaciones absurdas y un cuestionamiento implacable de las normas de género y las expectativas sociales.

La película, protagonizada por la icónica Faye Dunaway, narra la metamorfosis de Myron Breckinridge en Myra, un viaje físico y psicológico que se presenta como una comedia, pero que en realidad es una exploración compleja y a menudo incómoda de la identidad. Dunaway ofrece una actuación brillante, innegablemente carismática y con una vulnerabilidad sorprendente, transformándose en una Myra que oscila entre el deseo, la furia y la desesperación. El contraste entre la dureza machista de Myron y la fragilidad de Myra es la clave de la película y Dunaway lo interpreta con maestría, mostrando la lucha interna de una mujer obligada a adoptar una nueva identidad.

La dirección de Gilliam es, como siempre, exuberante y visualmente rica. La película está saturada de color, disfraces extravagantes y tomas surrealistas que reflejan el mundo mental de sus personajes. El diseño de producción y la vestimenta son particularmente notables, creando un universo visualmente impactante y muy poco convencional. Sin embargo, la película no se limita a la estética; Gilliam utiliza el humor negro y la sátira para criticar las estructuras de poder, la superficialidad de la sociedad americana y la rigidez de las normas de género.

El guion, coescrito por Gilliam y Jo Frances Hall, es complejo y, a veces, confuso. Aunque la premisa central – un hombre convirtiéndose en mujer – es atractiva, la película se pierde en subplots y digresiones que diluyen el mensaje principal. La figura de Buck Loner, interpretada por Jason Robards, añade una capa de complejidad al guion, ya que su investigación sobre Myra revela una crítica mordaz a la hipocresía y el conformismo. No obstante, el ritmo de la película es desigual, a veces torpe y, en ocasiones, la trama pierde su rumbo.

Finalmente, 'Myra Breckinridge' es una obra controvertida que requiere paciencia y una mente abierta. No es un placer fácil, pero ofrece una mirada provocadora a un periodo de la historia y plantea preguntas esenciales sobre la identidad, el género y la percepción de la realidad. A pesar de sus defectos, es una película que permanece en la memoria por su originalidad, su audacia y su capacidad para generar debate.

Nota: 7/10