Nací para ti (1958)

“Nací para ti” (Born to be Thieves, 1956) es una película que, a pesar de su apariencia de comedia ligera, revela una profundidad sorprendente y una nostalgia palpable por una época dorada de Hollywood. Dirigida por Robert Stevenson, la película se presenta como un romance juvenil en el contexto de una prestigiosa compañía de teatro, pero pronto se transforma en un drama romántico con tintes de sátira social y un comentario subyacente sobre el poder y la corrupción. La película no es una joya brillante, pero posee una cualidad innegable: la de contar una historia con una honestidad emocional que rara vez se encuentra en películas de género.

Natalie Wood, en el papel de Marjorie, entrega una actuación encantadora y convincente. Su transformación de una chica tímida e insegura a una joven segura y audaz es sutil pero efectiva. La química entre Wood y Gene Kelly es uno de los puntos fuertes de la película. Kelly, que ya era un icono de la época, se muestra más vulnerable y menos heroico de lo habitual, permitiendo que Wood brille con mayor intensidad. Sus escenas juntos son fluidas, divertidas y, en ocasiones, profundamente conmovedoras. Carolyn Jones también ofrece una interpretación sólida como Marsha, la amiga leal y pragmática que contrasta con la idealista Marjorie.

El guion, adaptado de la obra teatral “The Boys from St. Phillip’s” de George Abbott, no es particularmente innovador en su trama. La idea de un grupo de hombres ricos y poderosos tratando de conquistar a una joven es un cliché. Sin embargo, Stevenson logra darle una vuelta de tuerca a la historia al explorar las motivaciones de los “caballeros” – no solo la simple obsesión romántica, sino también la necesidad de sentirse deseados, de mantener su prestigio y, en algunos casos, de llenar un vacío existencial. La película no juzga a estos hombres; simplemente los presenta, mostrando la complejidad de sus personalidades y las consecuencias de sus acciones. La dirección de Stevenson es elegante y precisa, con una cuidada puesta en escena que evoca el glamour y el esplendor de la época. Los números musicales, aunque no son la parte más memorable de la película, están bien coreografiados y se integran de manera natural en la narrativa.

Sin embargo, “Nací para ti” no está exenta de fallos. El ritmo es desigual y a veces se siente apresurado. Algunos diálogos son un tanto cursis y la trama principal puede parecer un poco predecible. No obstante, la película posee un encanto especial que reside en su atmósfera nostálgica y en su capacidad para evocar un tiempo en el que la vida social estaba regida por las convenciones y el protocolo. Es una película que celebra la amistad, el amor y la búsqueda de la identidad, pero también que advierte sobre los peligros de la obsesión y la corrupción del poder. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento agradable y un valioso documento de una época en la que Hollywood era un mundo mágico y lleno de posibilidades.

Nota: 7/10