Nacido rey (2019)

“Nacido Rey” (The King’s Speech) no es solo la historia de un monarca que supera un trastorno del habla para convertirse en un líder ejemplar; es, en esencia, un retrato cautivador de un momento crucial en la historia de Arabia Saudí y la compleja relación entre el reino y Gran Bretaña. La película, dirigida magistralmente por Tom Hooper, nos sumerge en la adolescencia del joven príncipe Faisal bin Abdul Aziz, un periodo de formación y descubrimiento vital que, sin saberlo, marcaría el futuro de su nación. La película consigue transportar al espectador a la Inglaterra de la década de los años veinte, creando una atmósfera de elegante formalidad y las tensiones políticas subyacentes que caracterizan a esa época. Hooper, con un control absoluto de la narrativa, consigue una tensión constante, no basada en el ritmo frenético de un thriller, sino en la delicada danza de las palabras y la fuerza de la convicción.

La película se distingue por sus actuaciones, y Colin Firth, en particular, ofrece una interpretación absolutamente impresionante. Su retrato de Faisal es sutil, complejo y profundamente conmovedor. Firth no se limita a interpretar un personaje con un problema de habla; construye un individuo atormentado por la responsabilidad, la presión y la incertidumbre. Su evolución, a medida que lucha contra la gilidad y la frustración, es palpable y visceral. Hoy Hattie Morahan como Elizabeth Bowes, la joven tutor de inglés, complementa a la perfección a Firth, ofreciendo una interpretación realista y un contrapunto interesante a la rigidez del protocolo real. La química entre los dos actores es fundamental para la credibilidad de la relación que se establece en la pantalla.

El guion, adaptado de la biografía de David Innes y Peter Jenkins, es lo que realmente eleva “Nacido Rey” por encima de una simple historia de superación personal. El diálogo, a menudo laborioso y lleno de sutilezas, es el corazón de la película. Las conversaciones entre Faisal y Elizabeth no son meras explicaciones del problema de habla; son debates sobre la importancia de la comunicación, la confianza y el poder de las palabras. La película no se anda con rodeos al abordar la implicación de Gran Breta Inglaterra en el armamento de las tribus saudíes, mostrando un conflicto moral complejo que iba más allá de las relaciones diplomáticas. La dirección de Hooper se encarga de transcribir los esfuerzos de Faisal para superar su problema con la ayuda de Mark Berkley y Alan Bright, mostrando con detalle y respeto el proceso, en lugar de simplemente presentar un “súper héroe” que logra la perfección de manera rápida e indolora. El guion es inteligente, perspicaz y, sobre todo, respetuoso con la cultura y el contexto histórico.

“Nacido Rey” no es una película fácil de ver. Requiere atención y, sobre todo, una disposición a conectar con las emociones de sus personajes. Pero, al final, la recompensa es una experiencia cinematográfica profundamente gratificante, que nos invita a reflexionar sobre la importancia del liderazgo, la comunicación y el poder de las palabras. Es una película que perdura mucho después de que los créditos finales han rodado, recordándonos que el verdadero coraje reside en la capacidad de enfrentarse a nuestros propios demonios.

Nota: 9/10