Nanna & Lil' Puss Puss in 'Who Calcutta the Cheese' (1993)

“Nanna & Lil' Puss Puss in 'Who Calcutta the Cheese'" es una película que no pretende ser accesible, ni siquiera cómoda. Es, simplemente, una inmersión profunda en la peculiaridad de su creador: Keith Alcorn. La película es un ejercicio de estilo, una propuesta audaz que desafía las convenciones del cine comercial y que, para algunos, resultará profundamente satisfactoria y para otros, exasperantemente desconcertante. No se trata de una narrativa lineal con un objetivo claro; es una serie de momentos, de interacciones desconexas que, en conjunto, crean una atmósfera de absurdo británico a su manera.

La dirección de Alcorn es, sin duda, el elemento más destacable de la película. No se trata de una estética elaborada, sino de un uso minimalista de la cámara y de la iluminación que acentúa la sensación de incomodidad. La puesta en escena es simple, casi austera, pero llena de detalles que contribuyen al ambiente general. La banda sonora, también minimalista, sirve para subrayar la extrañeza de los diálogos y las situaciones. Alcorn evita cualquier recurso narrativo convencional, permitiendo que el espectador se sumerja completamente en el mundo de la película sin explicaciones, sin trampas, sin concesiones.

Las actuaciones son sólidas, pero su valor reside en la capacidad de los actores para aceptar el absurdo de sus personajes. Paul Claerhout, como el vecino indio Soggi, ofrece una interpretación particularmente memorable, entregando un personaje que se descontrola verbalmente, inundando la sala con ideas alocadas y pensamientos inconexos. John A. Davis, como Nanna, aporta la calma relativa (en el contexto de la película) y la incredulidad, actuando con una sinceridad que contrasta con el caos que lo rodea. La química entre los dos actores es fundamental para el éxito de la película, ya que su interacción es el núcleo de la historia, aunque esa historia sea más una colección de breves observaciones que un relato convencional.

El guion, en su esencia, parece centrarse en la comunicación fallida y en la dificultad de conectar con los demás. La película explora temas como la soledad, la incomodidad social y la percepción de la realidad. Sin embargo, la película no intenta ofrecer respuestas fáciles; más bien, se limita a mostrar las consecuencias de la falta de comprensión. La constante lluvia de pensamientos fragmentados por parte de Soggi puede resultar frustrante para algunos, pero para otros, es precisamente esa incomodidad la que hace que la película sea tan interesante. La ambigüedad intencionada y la ausencia de una trama clara refuerzan esa sensación de desconcertamiento, invitando al espectador a reflexionar sobre la naturaleza de la comunicación y la percepción de la realidad. No es una película fácil de ver, pero para aquellos que la abran con la mente abierta, puede ser una experiencia verdaderamente gratificante.

Nota: 7/10