National Champions (2021)

“National Champions” es una película que, en lugar de intentar redefinir el género de drama deportivo, se atreve a sumergirse en las complejidades éticas y sociales que subyacen a la glorificación del atletismo universitario. La trama, centrada en la huelga liderada por el quarterback estrella Jackson (Justin Hardy), no se limita a mostrar un conflicto puramente deportivo; se convierte en un alegato convincente sobre las condiciones laborales y el trato de los atletas, quienes, a pesar de representar a sus universidades y generar millones en ingresos, a menudo se ven privados de una compensación justa y, lo que es peor, de respeto por el riesgo que asumen. La película logra, en gran medida, evitar caer en clichés y estereotipos, ofreciendo una visión más realista y matizada de las tensiones entre la administración universitaria, los entrenadores y los propios jugadores.

La dirección de Peter Travis es sólida, especialmente en las escenas de acción y de tensión. Utiliza tomas audaces y un ritmo vertiginoso para mantener al espectador involucrado en la creciente crisis. Hay momentos particularmente impactantes donde la cámara se acerca a la angustia de los jugadores, capturando la presión que sienten. Sin embargo, a veces la dirección podría haber profundizado más en las relaciones interpersonales, explorando las motivaciones de cada personaje con mayor detalle. La película, aunque dinámicamente entretenida, sacrifica, en ocasiones, la profundidad psicológica para mantener el ritmo acelerado. El uso de la música también es efectivo, amplificando las emociones y los momentos clave de la narrativa.

El reparto es, en su gran mayoría, excelente. Justin Hardy brilla como Jackson, transmitiendo su frustración, su determinación y, en ocasiones, su vulnerabilidad con una credibilidad admirable. La interpretación de la entrenadora, Shannon (Kelli Berglund), es particularmente destacada, mostrando una mezcla de pragmatismo y, finalmente, compasión ante la situación. Sin embargo, algunos de los personajes secundarios, aunque bien interpretados, se sienten algo planos, relegados a roles que sirven principalmente para avanzar la trama. Se echa en falta una mayor exploración de las consecuencias de la huelga, tanto para los jugadores individuales como para la reputación de la universidad y del deporte universitario en su conjunto.

A pesar de sus fallos, “National Champions” es una película importante. No se trata solo de un partido de fútbol; es una reflexión sobre el valor del trabajo, la desigualdad, el poder y la responsabilidad. El guion, coescrito por Peter Travis y el propio Justin Hardy, se basa en hechos reales, lo que le otorga una fuerza y una relevancia considerable. Si bien el final puede resultar un tanto apresurado, la película plantea preguntas cruciales sobre el futuro del deporte universitario y la necesidad de un cambio en la forma en que se trata a los atletas. Es una película que invita a la reflexión y que, sin duda, generará debate.

Nota:** 7/10