Native Son (1986)

“Native Son” (1953) es una película que se instala en la memoria con una persistente sensación de incomodidad. No se trata de un thriller convencional, sino de una profunda exploración del racismo sistemático y la psicología de un hombre atrapado en una red de circunstancias que lo llevan a cometer un acto terrible. Dirigida con una maestría sorprendente para su época por Henry King, la película se adentra en la mente de Bigger Thomas (Victor Love), un joven afroamericano que se ve arrastrado por una cadena de eventos desencadenados por un error fatal y, subsecuentemente, por las consecuencias de un mundo profundamente hostil.

La dirección de King se distingue por una atmósfera opresiva y claustrofóbica. La Chicago de los años 40 se presenta como un lugar crudo y despiadado, donde la pobreza, el miedo y el prejuicio son palpables. La cinematografía, en gran parte, es sombría y llena de sombras, reflejando el estado emocional de Bigger y la desesperación que lo rodea. La banda sonora, sutil pero efectiva, contribuye a mantener una tensión constante. King, a pesar de las limitaciones técnicas de la época, logra crear un ambiente inmersivo que absorbe al espectador en la experiencia de Bigger.

Las actuaciones son, sin duda, el punto más fuerte de la película. Victor Love entrega una interpretación magistral como Bigger Thomas. Su evolución, desde la ingenuidad inicial hasta la desesperación y el terror, es creíble y profundamente conmovedora. Matt Dillon, en un papel secundario, es igualmente impactante como el detective Malone, que se ve obligado a lidiar con la incomodidad y el prejuicio de su propia sociedad. Elizabeth McGovern, interpretando a Julia, la esposa de Bigger, ofrece una representación delicada y vulnerable. Y Geraldine Page, como la dueña de la casa, aporta una dignidad y una complejidad sorprendentes. Cada actor comprende la carga emocional de su personaje y la transmite con una autenticidad que va más allá de la mera interpretación.

El guion, escrito por James Duffield, es un logro considerable. No se limita a narrar un crimen, sino que explora las raíces sociales y económicas de la desesperación. Examina la presión social, la falta de oportunidades y el sentimiento de impotencia que afecta a la comunidad negra de Chicago. La película no juzga a Bigger, sino que intenta comprender sus motivaciones y las fuerzas que lo impulsaron a actuar como lo hizo. La ambigüedad moral es central: la película plantea preguntas incómodas sobre la culpa, la responsabilidad y la naturaleza humana. A pesar de la trama central, la película se centra en la psicología de sus personajes, explorando sus miedos, deseos y conflictos internos.

“Native Son” es una película que desafía al espectador a confrontar sus propios prejuicios y a reflexionar sobre la violencia y la injusticia. Es una obra incómoda y, en ocasiones, perturbadora, pero también profundamente humana y significativa. Su impacto perdura porque aborda temas universales con una honestidad y una valentía que la convierten en un clásico del cine negro.

Nota: 8/10