Ne te retourne pas (2009)

“Ne te retourne pas” (No te mires atrás) es una película de suspense psicológico que se arrastra con una lentitud deliberada, casi hipnótica, convirtiéndose en un ejercicio de tensión atmosférica donde lo que realmente importa es lo que *no* se ve. La dirección de Christian Faulhaber es, sin duda, su mayor fortaleza. No se busca el impacto inmediato ni la violencia gráfica; en cambio, construye un ambiente de inquietud constante, utilizando la iluminación, el sonido y la composición de plano para manipular la percepción del espectador y sumirlo en la incertidumbre. La película no es para todos los gustos, y su ritmo pausado puede frustrar a aquellos que buscan un thriller convencional, pero para quienes aprecien la sutileza y la ambigüedad, resulta una experiencia singular.

Sophie Marceau ofrece una interpretación magnífica como Jeanne, una mujer atrapada en una espiral de paranoia. Su actuación es sutil, pero imbuida de una profunda angustia. Se nota que Marceau ha investigado meticulosamente su personaje, transmitiendo con convicción la sensación de estar a punto de perder el control, la desesperación por descubrir la verdad, aun cuando esta pueda ser aterradora. Sin embargo, la película podría haber profundizado más en el interior de Jeanne, explorando con mayor detalle sus motivaciones y sus miedos, aunque la ambigüedad del personaje es, en última instancia, su principal atractivo.

La llegada a Italia y la metamorfosis en Monica Bellucci como Rosa Maria son momentos visualmente impactantes y, al mismo tiempo, perturbadores. Bellucci, como siempre, está en forma, aportando una presencia magnética y un aura de misterio al personaje. La transformación física es representada con una delicadeza que contrasta con la oscuridad del secreto que se revela. Es importante destacar que la película no se limita a una simple historia de posesión, sino que explora temas como la identidad, la memoria y el poder del pasado. La ambigüedad persistente sobre quién realmente es Rosa Maria, y por qué Jeanne se ve forzada a cambiar de identidad, añade una capa extra de complejidad a la trama.

El guion, escrito por Christian Faulhaber y Christian Surugue, es, sin duda, el elemento más debatible de la película. Si bien la atmósfera opresiva y las interpretaciones de los actores son sólidas, la historia presenta algunos agujeros argumentales y las explicaciones finales se sienten un poco apresuradas. El suspense se construye lentamente, pero la resolución final, que intenta dar respuestas a todas las preguntas, carece de la profundidad y la coherencia que se habían prometido. A pesar de ello, la película logra mantener el interés gracias a su atmósfera inquietante y a la fuerza de sus personajes. Es un ejercicio de suspense psicológico que, pese a sus defectos, invita a la reflexión y a la interpretación. Es una película que te quedará en la mente, invitándote a cuestionar lo que ves y lo que crees.

Nota: 7/10