Negociador (1998)

“Negociador” (Negotiator) es una propuesta de acción y thriller de rehenes que, a pesar de sus evidentes influencias, logra construir una narrativa decentemente tensa y con momentos de genuina sorpresa. Dirigida por el experimentado Donovan Glen, la película se aleja de la mera recreación de fórmulas del género, aunque no siempre con éxito. La trama, centrada en Danny Roman, un negociador policial con un pasado turbio, nos adentra en una red de intrigas que lo obligan a usar tácticas despiadadas para demostrar su inocencia – y a la vez, exponer a sus enemigos.

La dirección de Glen es funcional, priorizando la acción y el ritmo trepidante, aunque a veces se permite divagaciones en diálogos que podrían haberse condensado. El uso de la cámara es dinámico, con planos cortos y movimientos rápidos que contribuyen a la sensación de urgencia. Sin embargo, la película a veces se inclina por un exceso de espectacularidad, sacrificando la sutileza y la atmósfera. La banda sonora, por otro lado, es eficiente pero predecible, reforzando los momentos clave sin aportar ninguna originalidad.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de la pareja protagonista: Eli Roth, en el papel de Danny Roman, ofrece una interpretación convincente, combinando la frialdad calculada de un negociador con la vulnerabilidad de un hombre atrapado en una conspiración. Roth sabe cómo transmitir la tensión y el conflicto interno de su personaje, mientras que el veterano Benicio del Toro aporta una presencia imponente como el agente especial Burke, el colega que lo ayuda en la investigación. La química entre ambos actores es palpable, y sus diálogos están bien escritos y cargados de tensión. La actriz principal, Emily Blunt, si bien su papel es relativamente breve, consigue dejar una impresión positiva, interpretando a una periodista implacable que se ve envuelta en la trama. El resto del elenco secundario cumple su cometido, aunque no se destaca por su profundidad.

En cuanto al guion, “Negociador” presenta algunos puntos fuertes, como la trama intrincada y los giros inesperados. La película evita caer en clichés, aunque algunas de las motivaciones de los villanos resultan algo simplistas. El ritmo, como se ha mencionado anteriormente, es generalmente bueno, pero hay momentos en los que la trama se vuelve un poco desordenada y las subtramas se diluyen. El tema de la corrupción policial y la falta de ética profesional se explora superficialmente, dejando un margen para que la película hubiera profundizado más en estos aspectos. La resolución, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada y con un mayor impacto emocional.

En definitiva, “Negociador” es un entretenimiento sólido y visualmente atractivo, que ofrece acción, suspense y un desarrollo de personajes decente. No es una obra maestra del género, pero sí una película recomendable para aquellos que buscan un thriller de rehenes con ritmo y un buen elenco. No alcanza la excelencia, pero cumple con las expectativas de una película de entretenimiento.

Nota: 7/10